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Sabiduría del Ser Nº. 3 Instituto Cultural Quetzalcoatl ¿Para que tantas palabras? «Comparad solamente al tonto atado a su propio interés y al santo que obra por el interés del prójimo». «Ciertamente, nadie podrá obtener la dignidad del Buda, ni siquiera la dicha en el mundo de la transmigración, si no es capaz de cambiar su bienestar por la pena del otro». «Sin hablar del otro mundo, acaso nuestro interés en éste no se halla comprometido cuando el servidor no realiza su tarea o cuando el amo no le paga su salario? «Lejos de trabajar para el bienestar común, lo cual es el principio de la felicidad, tanto en este mundo como en el otro, los hombres no buscan más que perjudicarse mutuamente y expían este extravío con terribles padecimientos». «Todas las catástrofes, todos los dolores, todos los peligros del mundo provienen del apego al yo: ¿Porqué conservárselo? «Quien no se despoja del yo no puede evitar el sufrimiento del mismo modo que quien no se aparta del fuego no puede evitar la quemadura». «Así pues, para apaciguar mi dolor y el del otro, yo me entrego a los otros y adopto a los otros como yo». «Pertenezco a los otros esta debe ser tu convicción. Oh corazón mío, el interés de todos los seres debe ser en adelante tu único pensamiento». «No está bien que estos ojos que son para los demás vean en favor mío; no está bien que estas manos que pertenecen a los demás obren en favor mío». «Preocupado únicamente por el bien de la criaturas, todo cuanto consideres útil en tu cuerpo debes ponerlo al servicio de los otros». Realmente el único yo que nosotros los Gnósticos debemos aceptar como nuestro es el yo del prójimo. Los sufrimientos del prójimo, el dolor ajeno. Los leones de la ley, los Señores del Karma no tienen yo, pero consideran como yo a cada persona, a cada semejante, a cada criatura. Ellos siendo tan perfectos se han adaptado a sí mismos al yo ajeno de cada persona del mundo y llenos de dolor exclaman yo soy ladrón, yo soy fornicario, yo soy adúltero, yo debo mucho Karma. Los grandes seres adoptan como yo al yo del prójimo. Ningún maestro de la humanidad dice: yo soy perfecto, yo soy santo, yo soy poderoso, etc., los perfectos sólo dicen: «Cada uno de nosotros es un mal caracol entre el seno del padre». Jesús el Cristo dijo: «No hagas a otros lo que no quisieras que te hagan a ti mismo». Realmente uno se asombra ante los atormentadores, de ninguna manera ellos quisieran ser atormentados. ¿Qué pasa pues? ¿Porqué atormentan? Se necesita estar dormidos para atormentar al prójimo... ellos realmente están dormidos, tienen la Conciencia profundamente dormida, eso es todo. La inversión del yo y del otro nos lleva hasta la cooperación consciente. Si no queremos que el comerciante vecino nos perjudique no lo perjudiquemos, no hagamos a otro lo que no queremos que otro nos haga, aprender a cooperar es inteligencia. La inversión del yo y del otro nos hace comprender la necesidad de la cooperación consciente. Habiendo unión y cooperación desaparece la competencia, cuando la competencia deje de existir, hay paz, abundancia y progreso total para unos y otros. Bibliografia: El Cristo Social. Samael Aun Weor www.samaelgnosis.net Oct/Nov/Dic-1999 Página Nº.17