S O U L M A T E S (revista SasuNaruSasu) SOULMATES N°2 REVISTA | Page 32

DARKNESS por SHIKI1221 Escrito para la MCMWEEK La opción de usar el Rasengan y romperle un par de huesos a Charasuke, no sonaba nada mal últimamente para Menma. Por alguna razón que no alcanzaba a com- prender, este se la había pasado encima suyo. Casi no lo dejaba a solas y el hecho de que comenzara a ser tan pegajoso co- mo Sakura y Hinata, era preocupante. — ¿Quieres decirme qué demonios suce- de contigo? — preguntó Menma sujetan- do el collar del Uchiha, a la vez que atraía su cuerpo más cerca de él. — No sucede nada conmigo — respondió con tranquilidad mientras lo miraba fija- mente sin su habitual sonrisa—. La pre- gunta es ¿qué sucede contigo, Menma? — ¿Conmigo? — interrogó sin compren- der su pregunta. — No finjas conmigo —pidió enojado su- jetando la ropa del jinchuriki sostenién- dole la mirada —. Algo te preocupa. Qui- zás no sea el más analítico, o un genio, pe- ro si hay algo en lo que nadie me supera es respecto a ti. "¿Se dio cuenta?", pensó preocupado ante su afirmación. Ciertamente, estuvo preo- cupado los últimos días, mas no era algo que fuera a compartir con nadie. Por al- 32 guna razón que aún desconocía, surgió el deseo de destrucción hacia todo lo que conocía y amaba. No sentía algo similar desde la ocasión en la cual se encontró con el extraño personaje enmascarado. Lo odiaba. Odiaba sentirse débil y teme- roso ante sí mismo. Siempre estuvo en completo control y disciplina para con- vertirse en un digno shinobi y ahora se desconocía. — No te preocupes — suspiró Menma queriendo zanjar el tema. Empero ante el intento de réplica del otro, lo calló con un beso —. Es en serio, lo piensas demasiado. Anda, vamos a comer algo — invitó, cur- vando apenas los labios en una tenue son- risa. Charasuke aceptó su invitación, aún si en su mente seguía la preocupación por el otro. Aunque nunca se lo dijo de frente, sabía de lo sucedido con Menma. Itachi le había contado sobre la ocasión en que quiso destruir todo y no estaba dispuesto a permitir una repetición de eso. De ser necesario, caería en batalla contra él. No creía poder derrotarlo, pero ello no signi- ficaba que no daría hasta su último aliento por recuperarlo.