Rumor de límites. Memoria del desasosiego (hacia las Pinturas Negras) FINAL DE LAS PINTURAS NEGRAS-QUINTA DEL SORDO | Page 9
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2.- Preámbulo
He decidido titular esta incursión sobre las pinturas que realizara
Goya en las paredes de la Quinta del Sordo: Fulgor de límites. Memo-
rias del desasosiego. Las Pinturas Negras en la Quinta del Sordo.
Parafraseándome: Memorias del desasosiego, valdría. Es un friso desasose-
gante. Fulgor de límites, por su tensión dramática, por su escalofrío plástico
en busca de un más allá donde habita el silencio, necesario siempre en la
creación intensa. Un silencio parlante que grite y desasosiegue. Desasosie-
go, fulgor, límite, silencio, memoria del tiempo. Todo ello sería adecuado en
Las Pinturas Negras, pues de todo ello participan.
Pero escribir sobre unas obras que tanta tinta sobrellevan, desde
tanto tiempo, es osadía rayana en la petulancia. Sin embargo, se justifica
por cuanto debo al hombre y al pintor, al ser humano y a su talento creativo.
Además es un acto de aclaración de preguntas, de sustentación de dudas,
de agitación de procesos mentales, de gusto; pues desde mi etapa juvenil
ha sido un placer enfrentarme a esas hermosísimas pinturas, enigmáticas,
terribles, poéticas, sombrías, luminosas.
Como se ve empiezo con contradicciones. Una de las mayores, aún
no resuelta al menos en mí, es ver hermosura en lo terrible, ver luminosidad
en su negrura. La hermosura suelen definirla como la belleza de las cosas
que pueden ser percibidas por el oído o por la vista, lo agradable de algo
o alguien que recrea por su amenidad u otra causa, la proporción noble y