Cap. 2.
La ciudad
establecida–
la ciudad
creada
L
os lugares de la música en Medellín no son
tan arbitrarios como uno podría pensar. Cada
comuna y barrio ha tenido su espacialidad y sus
lugares específicos en los que ha emergido el
ruido en Medellín. Pero estos lugares fueron un proceso
de consolidación, la ciudad no siempre tuvo sus lugares
tan establecidos.
En los ochenta, el Metal y el Punk tuvieron unos lugares
de emergencia; en específico, las zonas nororiental
y noroccidental fueron las que ma yor concentración
tuvieron de estos sonidos. Los lugares eran las
casas, los garajes y las terrazas de algunas de ellas;
allí se concentraban los ensayos y los embrionarios
conciertos. Pero no era un fenómeno estático: había
cierta circulación motivada por el intercambio musical.
En una época en la que no había formato digital, menos
internet, la rutina de movilidad consistía en visitar
amigos o conocidos con algo “valioso” (en tanto escaso)
para intercambiar. Un casete, un vinilo y luego un cd
eran el motivo perfecto para visitar uno u otro lugar.
Esto movía la música: se conseguían nuevos sonidos,
se pasaban otros, y esto iba creando una suerte de
vanguardia musical que dependía más de qué tanta
movilidad se daba entre parches que del dinero
disponible para adquirir música. En esta movilidad
algunos lugares se volvían preferidos, espacios
encantados por rituales invisibles y que ganaban su
materialidad por unos horarios.
El Hip–Hop tuvo unas movilidades similares
al principio de los noventa. También desde el
intercambio musical, la búsqueda de lo escaso, pero
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