Ruido.pdf Oct. 2014 | Page 502

“La música es todo”, dicen muchos músicos y cuando profundizan –ante la espera tonta de los argumentos del que pregunta– dicen alivio y vehículo para sugerir estados de ánimo –en el otro– y cambiar profundamente los propios. Una ruidosa conclusión Germán –de Back– nos dice –a la pregunta por la música– que “tiene la función de generar catarsis, de exorcizar, de purificar, de remover cosas, de ecualizar a la gente”. Aparece también la música como un ropaje, un manto, o una herramienta que no nos pueden quitar. Luego de la fuerza expresiva, la idea que sobresale es la de un canal que fue el que permitió sacar algo que gritaba estar afuera. “Es lo más inmediato” –nos dice Fabio Garrido de Frankie Ha Muerto. Esa inmediatez es válvula de escape para algo que tenía que salir pero también es una conexión permanente, un oficio que determina un camino y una sintonía, un contacto que se logra en movimiento. Intérpretes y compositores dicen que la música es la vida y que esta tiene la facultad de revivir lo que está muerto. Se atreven a definir la música como su religión. Forgiven –como grupo integrado por personas religiosas– “dice que la vida siempre tiene una música” y hacen un hermoso paralelo diciendo que es “lo más parecido a dios”. 502