Con el fin de ir a buscar su público, construirlo, se
inventaron algo que ellos llaman “Cambiando música
por amor”. En esta campaña salen disfrazados por las
calles tocando, en un formato acústico que incluye
guitarra, voz, violín y alguna percusión improvisada.
Entre parque y parque se acercan a la gente y le ofrecen
una canción a cambio de que quien la escucha haga una
buena obra, cualquiera que sea, a otra persona. Además,
la persona que la hace debe tomar fotos y subirlas
a las redes de ‘ENKii’. Esto ha devuelto experiencias
valiosas, tanto para
la banda que mueve
sus redes y va dando
a conocer su nombre,
como para quien en
un parque recibe un
concierto improvisado
con algo circense y con
muy buena música. Esta
idea de caminar por los
parques ha impactado
a muchísima gente,
más por la sorpresa y la
impresión que producen
visualmente, que por
algún prejuicio con la
música. Así les pasó a dos
mujeres que escuchaban
Reggaetón en un
parque y lloraron de
felicidad ante el trueque
de confianza que les
proponía ‘ENKii’.
También han trabajado
bastante en estudio. En
este han querido sacar
un trabajo de suficiente
calidad, algo diferente a
lo que presentan en vivo.
Es que la presentación
en vivo la trabajan desde
la diferenciación: cada
montaje, cada tarima,
cada caminar entre
parques debe de tener su marca irrepetible, tanto en
la forma como se interpretan las canciones, como en la
actitud y vestimenta ante los diferentes públicos.
De este modo, el cd o la grabación es un trabajo de
estudio, con control de tiempos, interpretaciones y
buscando los menores errores posibles, mientras que en
vivo es una experiencia inigualable que es difícil repetir
y que sólo ocurre según unos entornos específicos. La
razón de esto tiene que ver con la idea del arte como
una dinámica de impactar a un público, intimidarlo, al
punto de que sienta que lo que tiene al frente es mucho
más que música, es una experiencia integral que afecta
varios sentidos.
“Invencible” es una de las canciones preferidas del
público de ‘ENKii’, quizás en ella está mucho de lo
que son ellos como agrupación. Siendo “Invencible”
una tonada que de entrada es romántica, tiene algo
de la actitud de la banda. No es un hacer por hacer y
conseguir el éxito a toda costa, pero sí hay en ellos una
decisión de traspasar muchos niveles de la música y
esto lleva consigo vender, ser comercial, que para ‘ENKii’
tiene que ver con la dignidad de los músicos.
Sus letras, aunque son bastante claras, con una voz
melódica, están llenas
de metáforas y figuras
narrativas que dan cabida
a la libre interpretación de
quien las escucha, como
una que habla de una
madre que le sacó los ojos
a su hijo para convertirlo
en un ángel. Esta historia
no es extraída de un libro
de ficción, Manuel la vivió
cuando estudiaba medicina.
Su papel como compositor
fue darle las formas
literarias y musicales para
volver una historia, quizás
tétrica y violenta, en un
pequeño relato inquietante
sobre el amor y sus formas
de liberación.
‘ENKii’ hace una música
que ellos llaman R.I.P.
(Rock, Indie y Pop). Sus
canciones tienen algo de
macabro, de teatro, de
historias quizás cotidianas,
pero llenas de giros
insólitos. Su apuesta en
escena va desde lo cómico
hasta lo solemne. Son una
agrupación que parece ir y
venir entre varios estilos,
pero que al verla es difícil
olvidarla o confundirla, en
parte porque las voces y
sonidos, combinados con el
espectáculo como apuesta,
dan la sensación de estar
ante algo salido de otros escenarios, pero que conecta
rápido a la gente que los escucha.
En definitiva, son una agrupación hecha para tarimas,
para brindar conciertos inigualables donde la
experiencia de asistir a uno se convierte en un viaje
de sensaciones con los cambios de ritmos, letras
tejedoras y sonidos que no se esperan ante su aparición
en tarima. Para ellos, la versatilidad es una apuesta
musical que se explota y se controla en concierto, tener
concentrado y acongojado al público es una de las
virtudes que tienen como agrupación.
Foto: Santiago Rodas
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