sus canciones desde pistas y mezclaba en vivo, en otros
más grandes tenía hasta veinte personas en tarima
entre bailarines e instrumentistas.
La música que presentaba estaba a la altura de grandes
tarimas y su trabajo de difusión apuntaba de entrada a
grandes eventos. Con sus primeras grabaciones empezó
a asistir a festivales como Invazion Fest, Altavoz (en
varias oportunidades), en el Quito Fest en Ecuador,
entre otros.
Su música tan cercana al Rock, pero con un sonido
electrónico, funky y latino en tarima, ha sido atractiva
para eventos grandes en los que la energía de mucha
cantidad de público está en juego. Es que Greco ha
sido estricto con lo que produce y publica. A la hora
de componer busca una melodía, una celda musical
que da vueltas en su cabeza. Con este inicio empieza
a componer la canción desde el bajo y el teclado.
Como resultado, graba canciones bastante largas que
luego tiene que ir recortando para hacerlas públicas.
En este proceso es bastante autocrítico e intentando
situarse por fuera del papel del productor, prueba
si la canción naciente es algo que él disfrutaría y
consumiría como público.
En general, sus canciones, aunque están atravesadas
por todas las exploraciones que lo habitan, tienen
velocidades similares y conservan ese groove que
da el bajo, que sigue siendo el centro de todas sus
composiciones. Esta construcción va más allá de lo
que logra en el estudio solo, también intenta recoger la
respuesta del público y las emociones que cada álbum
o canción despiertan. Es que para Greco el arte, en
especial la música, es algo que debe llegar a alguien,
algo que debe construirse en el movimiento dialéctico
entre el público y el compositor:
“Lo más gratificante para un músico es tocar la fibra
de alguien”.
A pesar de tener algunas canciones que ha producido
y publicado en demos o en sencillos, su apuesta ha
sido por los álbumes enteros. Estos permiten, en otras
cosas, crear un concepto que se va hilando a través de
las canciones. La forma que les da dependerá de ciertos
estados de ánimo. Algunos son instrumentales, otros,
melancólicos, otros con bastante alegría y así le va
dando forma a conjuntos de canciones.
El formato de ‘Greco Réptil’ con instrumentación ha
tenido cierta acogida en la escena local y nacional,
pero aún siente que su indefinición en un género le
ha creado obstáculos a su música. Como rockero no
encuentra espacios, y su propuesta es más cercana a la
Electrónica, y en la música Electrónica destaca que los
géneros están hiperespecializados y sus públicos tienen
unas preferencias y círculos muy concretos en los que
no caben exploraciones o músicas en intersticios como
las que él propone.
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Quizás por esto ha encontrado mejor disposición ante
su música en otros países y escenarios. A Estados
Unidos suele ir a conciertos y festivales, en España hizo
parte de varios compilados y donde mejor siente que
su música es aceptada es en los toques underground.
Allí, en una bodega o un rave sin mucha planeación,
es donde se encuentra un público que no tiene
prevenciones con los géneros y asiste con la intención
de dejarse llevar por sonidos y sensaciones, cualquiera
que estas sean. Esto es, al final, lo que Greco ha buscado
con su música.
Greco tiene un proyecto con unos sonidos marcados
muy propios y una disposición para tocar en diferentes
tarimas, pero su verdadera cercanía con la música la
encuentra en la producción. Por esto intenta variar su
proyecto personal con otros, como el que ha hecho con
‘Los Ingenieros’, grupo de Música Urbana de Medellín.
Allí encuentra formas de aprender de otros y aportar
desde su conocimiento de producción y construcción
de canciones. También compone canciones para otros
artistas de Electrónica y otros géneros.
Con Greco es fácil detectar esa inquietud creativa
alrededor de la música que rompe con todo tipo de
taxonomía musical, la amplitud de sus experiencias dan
cuenta de un músico que no está buscando un punto
de llegada o un sonido final, sino que puede estar en
total movimiento desde polos bastante opuestos, pero
siempre dedicando todo a cada pregunta musical. En
Greco está la chispa eterna por aprender, por llenarse
de sonidos, experiencias y gente que aporte en la
construcción de esa próxima canción, que es siempre la
más importante.