Ruido.pdf Oct. 2014 | Page 296

Diego describe a su padre como un rockero empedernido que hizo que su niñez estuviera acompañada de ‘Black Sabbath’, ‘Led Zeppelin’, ‘AC/DC’, ‘Iron Maiden’ y ‘Metalica’. Cuando era muy niño pegó de una tabla unos nylons, simulando crear una guitarra. Juntos estuvieron en la estudiantina de Moravia. Uno adivina en Diego y Sebastián una amistad que sostiene y le da forma a la banda, comparten una manera de ver el mundo, una pasión por unos símbolos y ficciones, y una valoración mutua por la capacidad del otro. Mientras que Diego compara a su amigo con un maestro de la guerra de las galaxias, valorando su comprensión técnica de la música, Sebastián habla con entusiasmo de la forma como su amigo “escribe y escribe” canciones. Cuando Diego se entera de que Sebastián ya no tiene banda, se anima muchísimo a invitarlo a que formaran una. Curiosamente, encontraron el nombre jugando Age of Mithology, con lo que nos recuerdan que se trata de un nacimiento musical de adolescentes. Lo primero que hicieron fue empezar a hacer covers de ‘Mago de Oz’, pero en el 2012 decidieron montar sus propias canciones con un ensamble ambicioso que tuvo teclados y flauta. Desde ahí se dieron licencias cercanas a lo sinfónico, de sonidos muy estilizados con un aroma Celta o Folk, mezclados con momentos de mucha energía y de una velocidad que es arrastrada por la batería. Entre todas esas, y con un cuidado virtuoso en preparar grandes canciones, que sean propias pero también que no tengan nada que envidiarles a los componentes con los que juegan y se arriesgas esas grandes agrupaciones que los inspiran, llegaron a la Oficina Central de los Sueños con cinco canciones y cuando les pidieron una quinta, tuvieron que repetir. Para ser Metal, la voz es bastante comprensible y permite entender las leyendas, runas y seres mitológicos de los que hablan. Las canciones son para inspirar, tienen moraleja, pero están completamente al margen de narrar un barrio, una ciudad o un país. Con unas metáforas fantásticas le cantan a la naturaleza más que a la sociedad. Puede haber algo bucólico en sus letras que se puede malentender como inocente, de hecho juegan a decirnos que no hay una crítica social, o una denuncia a un fenómeno concreto, pero luego nos explican que la estrategia de la lírica es apelar a las alegorías. Cada mito se puede aplicar a algo que vivimos y les sirve como crítica a una sociedad, a las religiones. Cada canción puede estar narrando varios momentos, como en un juego complejo de espejos, tal como en una canción que habla de un amor mítico, pero 296 también están hablando de una mujer quemada en la Inquisición y podría estar hablando del fanatismo religioso de hoy. ‘Asgard Wizard’ juega un poco con esa devoción por ese mundo de imaginación al que le empeñan cierto estudio, y plantean que viven en el año 100 antes de Cristo, “viviendo tranquilos”, en una época en la que el dinero no era el que mandaba o regía la vida. Desde esa imagen de un mundo donde el artista no tuviera que luchar por su sustento para hacer una canción o poner a circular un poema, hablan del amor por la música. A pesar de que son conscientes de los costos de transporte, del valor de un ensayo, y más teniendo que buscar una sala para tantos integrantes, no se ven como algo comercial; en contraposición, dicen que ‘Asgard Wizard’ “es pura luz”. La motivación por vivir de la banda parece ser fuertemente soslayada por un amor por la música y una mística al crear y al mantener la idea de la agrupación. La música es “la esencia que hay en absolutamente cada objeto” y en su relación íntima e individual la sienten como lo que más los llena, es esa fuerza “erizante” y “el mejor sicólogo”. El arte es “el mejor refugio que el alma pueda encontrar”. La música es nombrada como un dios, o como la amante de dios, y ‘Asgard Wizard’ se hace a una poética que les da coherencia adentro y afuera de sus canciones, con la que se suben al escenario, pero lo que es más importante, mantienen su devoción después de bajarse. “La música es lo bonito que puede existir, lo más puro, espiritual, una religión que sólo exige música. Entonces, ¿por qué no?”