La vida escolar es latera en ciertos aspectos, sin embargo posee momentos fuera de todo ámbito académico que conducen a la reflexión.
Son instancias en que nacen preguntas sobre el hombre o la mujer en que nos convertimos y esto nace más aún estando en la etapa final, ¿nos convertimos en quienes pensamos que íbamos a ser?
El trabajo ha sido arduo. Desde que ingresamos a enseñanza media el hecho de tener que elegir las preferencias académicas ya lo complejiza, incluido el hecho de que el colegio se forme y construya junto a nuestra educación, es un proceso en que ambos aprendemos de cada uno; el colegio de los estudiantes y viceversa.
Las herramientas que nos ha entregado el colegio a nosotros como cuarto medio son el hecho de tener que relacionarse constantemente con los compañeros tomando en cuenta las actitudes y distintas características que cada uno tiene, el factor de la sociabilización nos convierte en un ser capaz de interactuar de manera profunda con todo tipo de personas, siendo el colegio el pilar fundamental de este aprendizaje con instancias en que el colegio propone compartir fuera del colegio, con la idea de conocer a los compañeros y profesores, lo cual enriquece la vida y la convivencia diaria.
La responsabilidad que se tiene al ser los mayores dentro del establecimiento es una mochila que se lleva con la mayor seriedad y compromiso posible. Tener que ser y comportarse de la mejor manera posible a cada instante, ya que somos el reflejo del colegio, y el ejemplo para los más pequeños, culminando así con el apadrinamiento de los pequeñitos del kínder.
El ámbito académico es también importante, y eso el colegio lo sabe, la implementación de los talleres de PSU aporta en el aprendizaje formando una buena base para todo el futuro que se viene. Quizás como estudiantes y también el colegio ha ido madurando en el proceso, aceptando errores y mejorando las falencias.
A fin de año no sólo somos el cuarto medio que se gradúa, sino que también el colegio, ambos nos hemos convertido en alguien que quizás no teníamos planeado, pero que algo es seguro, poseemos las armas para defendernos.
Carolina Palomo Bernal
Monserrat Arancibia González
Alumnas 4° Medio
1° Generación
Colegio Los Leones de Quilpué