PO R: TOMÁS ALVI RA
Un medio de convivencia familia de
resultados eficaces en alto grado es la
tertulia.
Esa reunión informal de padres e hijos en la
cual se dialoga, de ser posible todos los días,
del modo más natural, acerca de las
cuestiones que a cada uno le interesen, no
sólo a los padres, sino a todos, incluyendo a
los más chicos con edad suficiente para poder
estar en la reunión.
Esta tertulia que nos ayuda a conocer "el
mundo de nuestros hijos", tan desconocido
por muchos padres, ese mundo lleno de
ilusiones, de ingenuidades, de alegrías, de
interrogantes que, unas veces exponen con
palabras, pero otras han de adivinarse en sus
ojos, celosías de almas ávidas de saber, que
preguntan a todo lo que les rodea, a los seres
que hay junto a ellos, al sol y a las estrellas, al
día y a la noche; que preguntan cómo y para
qué vinieron ellos al mundo; al mundo, al
camino que han de recorrer, al bien y al mal,
a lo lindo y a lo feo, que preguntan a Dios
mismo porque quieren comprenderlo..., y
nosotros los padres hemos de contestarles,
tenemos la obligación de escucharlos, de
adivinar eso interrogatorios y responder
adecuadamente, dándonos cuenta de todo lo
que significan.
Esa tertulia ha de favorecer a que en la casa
haya un ambiente familiar educativo, ha de
ser tal en la que se hable de cuestiones tan
variadas y en la que brille siempre la alegría,
la confianza, el apoyo, la comprensión que
haga costoso romper el diálogo para ir cada
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uno a continuar con su tarea.
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