13 para recordar que había dejado abiertas las ventanillas. Con la luz de la linterna danzando de un lado a otro cruzó el patio, se quitó las botas ante la puerta trasera, sirvióse una última copa de cerveza del barril que estaba en la cocina y se fue derecho a la cama, donde ya roncaba la señora Jones.”
Orwell nos trae una narración repleta de lecciones y de personajes que aun en éstos días podemos encontrarles parecido con muchos partícipes que hoy en día ocupan puestos en las cúpulas del poder. Una historia real, cruda y actuada por animales que abandonan sus pieles y vidas cotidianas para en una ironía de la vida, transformarse en algo más humano.
En un intento de desenmascarar a una Rusia que aparentaba y presumía de un socialismo que funcionaba como escudo y pantalla a la realidad de un pueblo que vivía sometido a la tiranía despiadada de los monopolios del poder, escribe un grupo de líneas con agilidad, ligereza y citas importantes que nos recuerdan de manera transparente lo que sucede con aquellos que con buenas intenciones inician los cambios que terminan en las“ pesuñas” de aquellos que solo ansían el poder y de aquellos que les sirven. Es sin duda un análisis profundo que aún a la fecha nos da que pensar, en una redacción simple y de un texto relativamente corto con un máximo de contenido, Orwell nos deja ver que hay cosas que sin importar la época, hay repeticiones o piedras en los caminos con los que nos gusta tropezar más de una vez.
Los héroes y villanos de la obra, los cerdos, emprenden una campaña para derrocar lo que ellos mismos han construido, abandonan todo principio, agregan a las leyes que en acuerdo común se establecieron una que otra palabra que ayudará solamente a servir como trampolín o excusa para lograr sus objetivos o deshacerse de aquellos que les estorban, en una cita memorable, se contempla como aquellos que ascendieron desde el fondo de la cadena hasta la cima, se transforman en los cadeneros y demonios contra los que peleaban:
“ No había duda de la transformación ocurrida en las caras de los cerdos. Los animales afuera asombrados pasaban su mirada del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible distinguir quién era uno y quien otro.”
En definitiva uno de los mejores textos del siglo XX que, atemporal y visionario, nos brinda una oportunidad de hacer memoria del pasado, conciencia política, social y humana. La recomendación de esta semana es sin duda, un libro que traerá a quien tenga la dicha de poderlo disfrutar, un recuerdo y sentimientos de empatía a un fragmento de nuestra historia que se encontró teñida por los cambios políticos e ideológicos en los que las balanzas del poder cambiaban como hoy cambiamos de canal a la T. V.