Revista Zonal Edición Nº17 | Page 28

26 BASTA DE VICTIMAS CLAUDIO MARIA DOMINGUEZ Conductor de radio por AM 710 los sábados de 20 a 24 y por FM Pop 101.5 los domingos de 20 a 24. Consultor de TV por canal C5N y CN23. ¿Sabés qué significa ser una “victima mental”? S os una víctima si sentís que el mundo está en tu contra o si crees que la causa de tu infelici- dad (todo eso que te impide brillar y avanzar) está “por fuera” de vos. Las víctimas mentales están todo el tiempo “tercerizando” las culpas. “¡Fue mi marido! ¡Mi ex pareja! ¡Mi madre! ¡Fue el perro! ¡La portera! ¡El calenta- miento global! ¡El gobierno!”. ¡La culpa siempre es de otro y la batería de ex- cusas es inagotable! ¿Alguna te suena conocida? ¿La pensaste? ¿La masticaste con bronca para tus adentros? La víctima mental cree que todo a su alrededor le impide ser feliz que todo complota contra su éxito y su suerte. Tratá con la honestidad de ver si te reconocés en estos rasgos. ¿Sos así? ¿Sos quejoso? ¿Te sale fácil eso de sa- cudirte las culpas de encima y pasár- selas al de al lado? Las víctimas son especialistas en en- tregar a otros la responsabilidad de sus propias vidas. Sos una víctima cada vez que decís cosas del tipo “¿Cómo querés que sea feliz con la familia que tengo? ¡Cómo querés que sea feliz si Dios está en mi contra? . En resumen: siempre va a haber un motivo para la infelicidad men- tal hasta que no entiendas que vos sos el divino y heroico dueño de tu historia. Si ser una víctima fuera algo pura- mente verbal -apenas una queja, un reproche, un murmullo- no sería tan ductor Dominguez, con ia r a M io d u Cla plica. de “Hacete cargo”, te lo ex grave, pero resulta que la energía de la víctima atrae victimarios permanentes. Así funcionan las cosas. Las víctimas son “imanes energéticos” que ema- nan una determinada frecuencia y esa frecuencia atrae a personas que vibran en esa misma sintonía. ¿Se entiende? Si demandás desde tu carencia vas a encontrar gente que te presione, te do- mine y abuse de vos. Y lo peor es que ni siquiera lo van a hacer a propósito: sim- plemente es su forma de comunicación. Las víctimas son verdaderos “disca- pacitados emocionales”. Necesitan que el otro llene ese hueco que no pueden completar desde adentro y la vida se les escapa mientras esperan que el otro los ame. Se transforman en mendigos. Mendigan amor, cariño, amistad. Pero la solución a esta trampa de los sentimientos está al alcance de la mano: se llama “desapego”. Te des- apegás cuando la felicidad en tu vida ya no depende de la presencia del otro, ni de lo que el otro te dé o te quite. Si llegás a ejercitar ese desapego, que es tu soberanía como ser humano, vas a poder ser feliz nada más que por el hecho de estar vivo sobre este hermoso planeta. Si te conectás con esa frecuencia vas a atraer a tu vida a gente que vibra en esa misma sintonía de libertad. Pensá que todas las relaciones que tuviste hasta este momento son las que mereciste tener. En términos de karma, es lo que es- cribiste y decretaste de acuerdo con las pendientes de tu paso por este planeta. Te toca experimentar lo que generaste: abuso, compasión, amor, carencia. Nos fabricamos los maestros perfectos para pasar por las experien- cias que necesitamos para evolucionar. Toda relación en tu vida es la que atrajiste en forma perfecta. Aunque, claro, a veces esa “perfección” a la mente le parece horrenda. Dejá de ser una víctima. Cambiá tu frecuencia vibratoria para poder me- jorar tus relaciones. El futuro depende de lo que hagas ahora mismo.