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BASTA DE VICTIMAS
CLAUDIO MARIA DOMINGUEZ
Conductor de radio por AM 710 los sábados de 20
a 24 y por FM Pop 101.5 los domingos de 20 a 24.
Consultor de TV por canal C5N y CN23.
¿Sabés qué significa ser una “victima mental”?
S
os una víctima si sentís que el
mundo está en tu contra o si
crees que la causa de tu infelici-
dad (todo eso que te impide brillar y
avanzar) está “por fuera” de vos.
Las víctimas mentales están todo el
tiempo “tercerizando” las culpas. “¡Fue
mi marido! ¡Mi ex pareja! ¡Mi madre!
¡Fue el perro! ¡La portera! ¡El calenta-
miento global! ¡El gobierno!”. ¡La culpa
siempre es de otro y la batería de ex-
cusas es inagotable! ¿Alguna te suena
conocida? ¿La pensaste? ¿La masticaste
con bronca para tus adentros?
La víctima mental cree que todo a su
alrededor le impide ser feliz que todo
complota contra su éxito y su suerte.
Tratá con la honestidad de ver si te
reconocés en estos rasgos. ¿Sos así?
¿Sos quejoso? ¿Te sale fácil eso de sa-
cudirte las culpas de encima y pasár-
selas al de al lado?
Las víctimas son especialistas en en-
tregar a otros la responsabilidad de sus
propias vidas. Sos una víctima cada vez
que decís cosas del tipo “¿Cómo querés
que sea feliz con la familia que tengo?
¡Cómo querés que sea feliz si Dios está
en mi contra? . En resumen: siempre va a
haber un motivo para la infelicidad men-
tal hasta que no entiendas que vos sos el
divino y heroico dueño de tu historia.
Si ser una víctima fuera algo pura-
mente verbal -apenas una queja, un
reproche, un murmullo- no sería tan
ductor
Dominguez, con
ia
r
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M
io
d
u
Cla
plica.
de “Hacete cargo”, te lo ex
grave, pero resulta que la energía de la
víctima atrae victimarios permanentes.
Así funcionan las cosas. Las víctimas
son “imanes energéticos” que ema-
nan una determinada frecuencia y esa
frecuencia atrae a personas que vibran
en esa misma sintonía. ¿Se entiende?
Si demandás desde tu carencia vas a
encontrar gente que te presione, te do-
mine y abuse de vos. Y lo peor es que ni
siquiera lo van a hacer a propósito: sim-
plemente es su forma de comunicación.
Las víctimas son verdaderos “disca-
pacitados emocionales”. Necesitan que
el otro llene ese hueco que no pueden
completar desde adentro y la vida se
les escapa mientras esperan que el otro
los ame. Se transforman en mendigos.
Mendigan amor, cariño, amistad.
Pero la solución a esta trampa de
los sentimientos está al alcance de la
mano: se llama “desapego”. Te des-
apegás cuando la felicidad en tu vida
ya no depende de la presencia del otro,
ni de lo que el otro te dé o te quite.
Si llegás a ejercitar ese desapego, que
es tu soberanía como ser humano, vas a
poder ser feliz nada más que por el hecho
de estar vivo sobre este hermoso planeta.
Si te conectás con esa frecuencia vas a
atraer a tu vida a gente que vibra en esa
misma sintonía de libertad. Pensá que
todas las relaciones que tuviste hasta este
momento son las que mereciste tener.
En términos de karma, es lo que es-
cribiste y decretaste de acuerdo con
las pendientes de tu paso por este
planeta. Te toca experimentar lo que
generaste: abuso, compasión, amor,
carencia. Nos fabricamos los maestros
perfectos para pasar por las experien-
cias que necesitamos para evolucionar.
Toda relación en tu vida es la que
atrajiste en forma perfecta. Aunque,
claro, a veces esa “perfección” a la
mente le parece horrenda.
Dejá de ser una víctima. Cambiá tu
frecuencia vibratoria para poder me-
jorar tus relaciones. El futuro depende
de lo que hagas ahora mismo.