Revista Visión Universitaria... EESJojutla Núm. 2 / Año 4 | Page 22
sustenta la vida humana y que,
por razones de género, se deposita
como responsabilidad
de las mujeres en la misma
medida como se invisibiliza y
se le niega retribución económica.
Se trata, grosso modo,
de todas aquellas actividades
catalogadas como “reproductivas”,
es decir, aquellas que no
producen mercancías y, por lo
tanto, no se les asigna un valor
de cambio. Sin profundizar en
meollos y terminología económica,
la realidad material
de muchas de esas mujeres
que hicieron paro -y de las
que no también- es que a causa
del confinamiento domiciliario
su trabajo de cuidados
se ha multiplicado de formas
que quizá nunca imaginaron.
Si algo nos ha mostrado
la pandemia es que tanto
en el espacio público (hospitales
principalmente) como
en el privado, las labores de
cuidados son las que soportan
nuestras vidas, solo que, a
diferencia del espacio público,
en el privado estas labores recién
empiezan a recibir un somero
reconocimiento social y
están a años luz de ser remuneradas
como cualquier otro
empleo.
En estos momentos,
paralelo al personal de salud,
existe un ejército de miles y
miles de personas -la gran
mayoria mujeres- que están
compartiendo la carga de trabajo
del sector educativo, de
salud y de ser
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