Visión Universitaria EESJojutla
Relojes Monumentales de Jojutla
Es difícil establecer el momento en que el ser humano sintió la necesidad de aprender a medir el tiempo con mayor precisión a través de algún instrumento que le permitiera determinar el instante exacto del día en que vivía o la frecuencia con que ocurrían determinados eventos.
Entre sus referentes se encuentran la entrada y salida del sol, el cambio de estaciones y migraciones de aves, lo que le reveló que su paso por esta tierra tiene límite. Ante tal aserto, grandes civilizaciones como la egipcia, griega y romana consideraron que era necesario contar con el artilugio adecuado, siendo el primero de ellos el obelisco, rudimentario reloj de sol datado sobre el 3500 a. C. Otro de los métodos utilizados son la observación de estrellas, los relojes de agua y arena entre muchos más.
Tal mecanismo se fue perfeccionando al pasar de los años, prueba de ello son los relojes construidos bajo principios de mecánica que aparecieron en el siglo XIV.
Actualmente existen diversos tipos de relojes entre los que encontramos de pulsera,
cronómetro, de pared, nuclear hasta los emblemáticos relojes monumentales. Para conocer más al respecto, Victorino Arriaga Salazar el pasado 09 de agosto impartió a los jóvenes una conferencia en relación a los también llamados relojes de torre, relojes de campanario, relojes de fachada o de ayuntamiento ubicados generalmente en edificios públicos destinados principalmente a embellecer el entorno donde están instalados.
México se considera uno de los países con mayor cantidad de relojes monumentales existiendo alrededor de 2 mil relojes cuyo valor histórico es incalculable, sin embargo debido a lo costoso de su mantenimiento además que existen solo dos restauradores de relojería monumental, muchos de ellos se encuentran en desuso.
El municipio de Jojutla cuenta con tres relojes de torre de manufactura alemana ubicados en la Iglesia de San Miguel, en el Templo de Guadalupe y en el H. Ayuntamiento. En Tlaquiltenango están colocados en la Plaza cívica y en el Ex convento de Santo Domingo de Guzmán, elaborados con manufactura francesa.
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