Revista Vida Natural Nro 210 - Octubre 2019 | Página 4
Extrañar es más que
recordar
Extrañar es más que recordar y sobre todo, más que su-
frir. Porque puedes tener el lindo recuerdo de una mae-
stra de la escuela o de un viaje que has hecho. Pero,
echar de menos va más allá. Echar de menos es volver a
encontrarnos frente al vacío que nos dejó esa partida. ¡Y
es muy difícil de llenarlo otra vez!
Echar de menos a alguien es uno de los sentimientos
más dolorosos que podemos experimentar. Extrañar va
más allá de acordarnos de los buenos momentos vividos
con esa persona, aunque ya no forme parte de nues-
tra vida y hace mucho que la hemos sacado de nuestro
corazón, su recuerdo nos asecha de noche y de día.
Entonces, ¿por qué extrañamos?, ¿es posible evitarlo?
El problema de extrañar a alguien reside en el vacío que
nos ha dejado ese ser al irse. El espacio se debe llenar de
alguna manera y no siempre la solución es dejar entrar
a alguien más.
¿Qué se puede deducir de ello? ¡Que los recuerdos se
mantienen en el cerebro! Es decir, que no están relacio-
nados a los sentimientos y si así fuere, no nos entriste-
cen o nos dan ganas de llorar. Para resumir, extrañar es
añorar a una persona y los momentos que hemos vivido
juntos.
Por su parte recordar es traer esas lindas escenas a
nuestra mente pero dejando de lado la añoranza o la
nostalgia. O sea, sin los sentimientos que se experimen-
taron en ese entonces. Por supuesto que es difícil “ar-
rancar” las emociones de un recuerdo, no somos robots
ni máquinas. Pero muchas veces vale la pena hacer el
intento para evitar la depresión, el llanto o incluso el odio
que nos genera.
Con el correr del tiempo verás que los recuerdos dejan
de dolerte y si bien puedes extrañar algo de esa perso-
na, el vacío que ha dejado al irse ya no te impide seguir
adelante.
Podemos citar muchos ejemplos de gente que extraña-
mos: echamos de menos a un amor de la adolescencia, a
un amigo muy querido, a un abuelo que falleció hace un
tiempo, a los instantes de felicidad con nuestra familia
en la infancia…
No deseamos extrañar, pero sin embargo es algo que no
podemos controlar y que duele sobremanera. Más allá
de la falta que nos puede hacer esa persona (o esa situ-
ación), lo que en verdad nos hace sentir es una opresión
en el pecho y que las lágrimas broten de nuestros ojos.
Es el hueco que ha quedado vacío y que no podemos
llenar.
Cuando amas profundamente a alguien y has sido real-
mente feliz al lado de él, el hecho de que ya no esté
junto a ti es motivo de tristeza. Por supuesto que es
comprensible en los primeros momentos, sin embargo
pasado cierto tiempo deberías salir adelante y continuar
con tu vida.
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