Revista Vida Natural Nro 200 - Diciembre 2018 | Page 4
Repollitos de Bruselas
Existen numerosas variedades que atienden a su
tamaño, sabor, color y época de recolección.
Las coles de Bruselas son las yemas a modo de
pequeños repollos que se forman a lo largo del
tronco de la planta del mismo nombre. Los re-
pollitos están constituidos por un tallo corto y
engrosado, que sostiene numerosas hojas pecio-
ladas dispuestas una sobre otra, donde las hojas
exteriores cubren y protegen la yema terminal y
las hojas más jóvenes. La forma del repollito es
ovalada y las hojas lisas.
Miden entre 2 y 5 centímetros de diámetro.
Color: su color es verde, aunque también puede
ser rojo o morado.
Sabor: poseen un sabor intenso; con un marca-
do gusto acre o amargo característico y un ligero
toque dulzón. Estas verduras son las que más cal-
orías aportan de su género.
Constituyen la mayor fuente de vitamina C re-
specto de las verduras de su misma familia. Son
una fuente interesante de folatos, y, en menor
proporción, de beta-caroteno y vitaminas del gru-
po B (B1, B2, B3 y B6). Entre los minerales de-
staca la presencia de potasio, fósforo y yodo, así
como cantidades discretas de zinc, calcio
El contenido de fibra insoluble es elevado, lo que
favorece la sensación de saciedad y el tránsito
intestinal, con lo que mejora el estreñimiento. Las
coles son ricas en ácido cítrico, que potencia la
acción beneficiosa de la vitamina C.
Al igual que otras verduras del mismo género, su
consumo habitual está justificado por su conteni-
do en fitoquímicos (glucosinolatos, isotiocianatos
e indoles). Éstos contribuyen a la prevención de
algunas enfermedades degenerativas y a estimu-
lar el sistema inmunológico.
Los repollitos de Bruselas contribuyen a la pre-
vención de enfermedades degenerativas, cardio-
vasculares y de cáncer. Ayudan al buen funciona-
miento del sistema inmunológico porque se han
aislado en su composición antioxidantes como la
vitamina C, el beta-caroteno y los derivados sul-
furados.
La clave para cocinar esta verdura consiste en no
cocerlas demasiado, algo que se puede aplicar
también al resto de verduras. Como regla, cuan-
do la col de Bruselas ha perdido su color verde
brillante significa que se ha cocido demasiado y
que ha mermado su valor.