Revista Usuré Mosaicos Culturales | 页面 8

REVISTA ESTUDIANTIL DE ANTROPOLOGÍA un viajero buscando transmitir la realidad y de ahí realizar después ciertas estrategias para transmitir la inclusión del contexto y de los objetivos que se persiguen cuando se pretende realizar algunas prác- ticas. Trabajar para una construc- ción colectiva hacia una media- ción cultural social. Yo no soy partidario de un co- municador que haga solo etno- grafía estudiando sólo la carrera básica de formación periodística. Tiene que ampliar la mirada y buscar los discursos narrativos de la alteridad. Tiene que ampliar la mirada hacia todos los pensadores que en Amé- rica Latina han contribuido forjan- do una identidad de la comunica- ción para la transformación social. Eso creo que es lo que el comu- nicador que hace etnografía tiene que aprender, tiene que ampliar la mirada periodística porque al final no hay una mirada muy segura, y puede caer en el sensacionalismo y protagonismo de los periodistas en lugar de centrar la atención en las propias comunidades. ¿Qué le puede aportar la comunicación a la antropología? ¿De qué nos deberíamos nutrir nosotros? Bueno yo creo que también se debe ampliar la mirada, ya que hay antropólogos que defienden todavía el uso de los medios tecnológicos sólo con fines an- 8 tropológicos de análisis de com- portamiento humano. Dependen más de la cámara observacional, una cámara en la que tienen que mirar como un ojo omnipotente a una mosca en la pared, y que sobre la base de lo que ahí sale se ve el comportamiento huma- no, pero la antropología se nutre de la comunicación al plantear discursos narrativos diferentes, en donde la creatividad también forme parte de la antropolo- gía. La creatividad comunica- tiva-discursiva dicho de alguna manera como el cine. Cuando surgen los primeros an- tropólogos visuales, surgen des- de dos tendencias, unas desde el cine y otros desde la antropolo- gía. Entonces los antropólogos decían que no se puede usar un objeto para captar la realidad. Sin embargo, el cineasta dice que siempre habrá una subjeti- vidad del autor, una subjetividad de cómo colocas la cámara, de la cámara, y del contexto de todo lo que usemos. Utilicemos todas esas partes para formular una narración creativa. Transmitir una intencionalidad para que haya diversas inter- pretaciones, diversas construc- ciones, y que se van a repetir entre los factores porque no hay una verdad absoluta. De todas formas, tensiones en- tre lo que es verdad, ficción, o realidad siguen existiendo, el debate no está acabado, porque al final todos nos comunicamos. La característica de la comunica- ción es que todos y todas somos corresponsales, o corresponsables, y comunicadores. Y como perso- nas que somos corresponsables, somos responsables de la comuni- cación, todos hacemos, todos, este ejercicio de comunicación; todos manejamos las redes sociales, to- dos tomamos fotos y las manda- mos, todos estamos viendo videos en la vida cotidiana. No todos somos antropólogos, pero sí somos comunicadores, entonces ¿por qué no incorpo- rar las posibilidades que hay entre lo que la comunicación ofrece a la antropología? Como digo, son dos campos que juegan mucho en común y que no son antagónicos. ¿Cómo son los procesos participativos, cómo es la devolución? Bueno yo tengo la experiencia con el sur de Costa Rica. Un progra- ma de la UNESCO que se llamaba “Juventud, Patrimonio y Turismo (JPT)’’, para poner el valor a los cuatro sitios cacicales con esferas de piedra declarados patrimonio mundial. Entonces intervine de manera que la comunicación es- tratégica acompañara el proceso. Diseñé un modelo tridimensio- nal de la comunicación (basado en información, interlocución y pedagogía) y finalmente hicimos unos trabajos audiovisuales parti- cipativos, donde las comunidades participaron en la realización de los guiones, en la puesta de escena, haciendo de actores, etc. Esa devolución fue riquísima y emocionante. Digo la palabra emocionante no por rimbombante, sino porque genera emociones y las emociones son movilizadoras de la acción, las emociones juegan un papel incluso más importante que la razón según la neurocien- cia; y las emociones fueron así de tal forma que propiciaron elemen- tos movilizadores para la resignifi- cación de sus patrones simbólicos en el territorio, es decir, de todo lo que es el patrimonio, que hasta entonces eran adornos práctica- mente, las esferas y todo lo demás. A partir de ahí el objetivo era mo- vilizar todo un discurso colectivo, una reapropiación de ese patrimo- nio y su puesta en valor, con el fin último de generar emprendimien- tos productivos para el turismo autosostenible y, en consecuencia, oportunidades de empleo. Definitivamente muy interesante generar la oportunidad de inves- tigar su propio patrimonio, ense- ñarles a realizar gestión cultural e incorporar un abordaje de la comunicación con vocación trans- formadora. Para mí la devolución fue muy rica y satisfactoria para todas las partes, no solamente para la comunidad, sino también para las instituciones guberna- mentales, el Museo Nacional (ente rector de la gestión de estos sitios arqueológicos), las instancias edu- cativas que están ahí. Creo que fue positivo y alentador. Reflexiones de Cierre Luis Bruzón también reconoce que no siempre ha tenido suerte. Ha habido comunidades que no han estado de acuerdo en partici- par en los proyectos, e incluso ad- mite que aunque acepten trabajar, nunca habrá un acceso total a la información. Según dice, hay un límite que aún no puede traspasar, lo cual es parte de cualquier cul- tura que tenga cierta diferencia en cuanto a códigos de compor- tamiento y de pensamiento. Fue enfático en intentar siempre llegar a consensos y reconocer el papel de la comunicación para poder realizar un desarrollo real- mente sostenible, que respete las culturas y la identidad de los pue- blos no sólo por ley, sino porque necesariamente se establezcan condiciones de un diálogo iguali- tario y que busque realmente so- luciones satisfactorias para todos. A este investigador se le identificó como un ferviente defensor de las culturas y de su promoción espe- cialmente antropológica, porque no se reconoce que hay un des- conocimiento al interior de cada país y es un gran potencial del que todos los centroamericanos de- berían estar orgullosos. Por esto, considera necesario incorporar el sesgo educativo en las interven- ciones, dado que es importante cuando se hace comunicación para la transformación social. Se deben buscar metodologías que busquen la participación de la gente, donde sean ellos quienes expliquen su cultura y que sean significantes para sus códigos. Al momento de la realización de la entrevista, se encontraba tra- bajando en un proyecto aquí en la Fundación DEMUCA que está orientado a fortalecer las capaci- dades municipales para la inves- tigación y mitigación del cambio climático en la región que se le conoce como El Trifinio (el pun- to de unión de las fronteras de Guatemala, Honduras y El Sal- vador) con el fin de establecer condiciones para el cambio cli- mático, tomando en cuenta el riesgo medioambiental; buscan- do así el manejo de los efectos de éste y considerando, además, que la región centroamericana es una de las zonas que más ha estado sufriendo tales cambios y que en dichas comunidades exis- ten condiciones de pobreza que requieren atención. Si quiere explorar acerca de la labor de Luis Bruzón, puede re- visar los libros “Entre Caobas y Flamboayanes” y “Latidos del Tiempo”, disponibles en http:// www.culturacentroamericana.info 9