REVISTA ESTUDIANTIL DE ANTROPOLOGÍA
un viajero buscando transmitir la
realidad y de ahí realizar después
ciertas estrategias para transmitir
la inclusión del contexto y de los
objetivos que se persiguen cuando
se pretende realizar algunas prác-
ticas. Trabajar para una construc-
ción colectiva hacia una media-
ción cultural social.
Yo no soy partidario de un co-
municador que haga solo etno-
grafía estudiando sólo la carrera
básica de formación periodística.
Tiene que ampliar la mirada y
buscar los discursos narrativos
de la alteridad.
Tiene que ampliar la mirada hacia
todos los pensadores que en Amé-
rica Latina han contribuido forjan-
do una identidad de la comunica-
ción para la transformación social.
Eso creo que es lo que el comu-
nicador que hace etnografía tiene
que aprender, tiene que ampliar la
mirada periodística porque al final
no hay una mirada muy segura, y
puede caer en el sensacionalismo
y protagonismo de los periodistas
en lugar de centrar la atención en
las propias comunidades.
¿Qué le puede aportar la
comunicación a la antropología?
¿De qué nos deberíamos nutrir
nosotros?
Bueno yo creo que también se
debe ampliar la mirada, ya que
hay antropólogos que defienden
todavía el uso de los medios
tecnológicos sólo con fines an-
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tropológicos de análisis de com-
portamiento humano. Dependen
más de la cámara observacional,
una cámara en la que tienen que
mirar como un ojo omnipotente
a una mosca en la pared, y que
sobre la base de lo que ahí sale
se ve el comportamiento huma-
no, pero la antropología se nutre
de la comunicación al plantear
discursos narrativos diferentes,
en donde la creatividad también
forme parte de la antropolo-
gía. La creatividad comunica-
tiva-discursiva dicho de alguna
manera como el cine.
Cuando surgen los primeros an-
tropólogos visuales, surgen des-
de dos tendencias, unas desde el
cine y otros desde la antropolo-
gía. Entonces los antropólogos
decían que no se puede usar un
objeto para captar la realidad.
Sin embargo, el cineasta dice
que siempre habrá una subjeti-
vidad del autor, una subjetividad
de cómo colocas la cámara, de la
cámara, y del contexto de todo
lo que usemos. Utilicemos todas
esas partes para formular una
narración creativa.
Transmitir una intencionalidad
para que haya diversas inter-
pretaciones, diversas construc-
ciones, y que se van a repetir
entre los factores porque no hay
una verdad absoluta.
De todas formas, tensiones en-
tre lo que es verdad, ficción, o
realidad siguen existiendo, el
debate no está acabado, porque
al final todos nos comunicamos.
La característica de la comunica-
ción es que todos y todas somos
corresponsales, o corresponsables,
y comunicadores. Y como perso-
nas que somos corresponsables,
somos responsables de la comuni-
cación, todos hacemos, todos, este
ejercicio de comunicación; todos
manejamos las redes sociales, to-
dos tomamos fotos y las manda-
mos, todos estamos viendo videos
en la vida cotidiana.
No todos somos antropólogos,
pero sí somos comunicadores,
entonces ¿por qué no incorpo-
rar las posibilidades que hay
entre lo que la comunicación
ofrece a la antropología?
Como digo, son dos campos que
juegan mucho en común y que no
son antagónicos.
¿Cómo son los procesos
participativos, cómo es la
devolución?
Bueno yo tengo la experiencia con
el sur de Costa Rica. Un progra-
ma de la UNESCO que se llamaba
“Juventud, Patrimonio y Turismo
(JPT)’’, para poner el valor a los
cuatro sitios cacicales con esferas
de piedra declarados patrimonio
mundial. Entonces intervine de
manera que la comunicación es-
tratégica acompañara el proceso.
Diseñé un modelo tridimensio-
nal de la comunicación (basado
en información, interlocución y
pedagogía) y finalmente hicimos
unos trabajos audiovisuales parti-
cipativos, donde las comunidades
participaron en la realización de
los guiones, en la puesta de escena,
haciendo de actores, etc.
Esa devolución fue riquísima y
emocionante. Digo la palabra
emocionante no por rimbombante,
sino porque genera emociones y
las emociones son movilizadoras
de la acción, las emociones juegan
un papel incluso más importante
que la razón según la neurocien-
cia; y las emociones fueron así de
tal forma que propiciaron elemen-
tos movilizadores para la resignifi-
cación de sus patrones simbólicos
en el territorio, es decir, de todo
lo que es el patrimonio, que hasta
entonces eran adornos práctica-
mente, las esferas y todo lo demás.
A partir de ahí el objetivo era mo-
vilizar todo un discurso colectivo,
una reapropiación de ese patrimo-
nio y su puesta en valor, con el fin
último de generar emprendimien-
tos productivos para el turismo
autosostenible y, en consecuencia,
oportunidades de empleo.
Definitivamente muy interesante
generar la oportunidad de inves-
tigar su propio patrimonio, ense-
ñarles a realizar gestión cultural
e incorporar un abordaje de la
comunicación con vocación trans-
formadora. Para mí la devolución
fue muy rica y satisfactoria para
todas las partes, no solamente
para la comunidad, sino también
para las instituciones guberna-
mentales, el Museo Nacional (ente
rector de la gestión de estos sitios
arqueológicos), las instancias edu-
cativas que están ahí. Creo que
fue positivo y alentador.
Reflexiones de Cierre
Luis Bruzón también reconoce
que no siempre ha tenido suerte.
Ha habido comunidades que no
han estado de acuerdo en partici-
par en los proyectos, e incluso ad-
mite que aunque acepten trabajar,
nunca habrá un acceso total a la
información. Según dice, hay un
límite que aún no puede traspasar,
lo cual es parte de cualquier cul-
tura que tenga cierta diferencia
en cuanto a códigos de compor-
tamiento y de pensamiento.
Fue enfático en intentar siempre
llegar a consensos y reconocer el
papel de la comunicación para
poder realizar un desarrollo real-
mente sostenible, que respete las
culturas y la identidad de los pue-
blos no sólo por ley, sino porque
necesariamente se establezcan
condiciones de un diálogo iguali-
tario y que busque realmente so-
luciones satisfactorias para todos.
A este investigador se le identificó
como un ferviente defensor de las
culturas y de su promoción espe-
cialmente antropológica, porque
no se reconoce que hay un des-
conocimiento al interior de cada
país y es un gran potencial del que
todos los centroamericanos de-
berían estar orgullosos. Por esto,
considera necesario incorporar el
sesgo educativo en las interven-
ciones, dado que es importante
cuando se hace comunicación
para la transformación social. Se
deben buscar metodologías que
busquen la participación de la
gente, donde sean ellos quienes
expliquen su cultura y que sean
significantes para sus códigos.
Al momento de la realización de
la entrevista, se encontraba tra-
bajando en un proyecto aquí en
la Fundación DEMUCA que está
orientado a fortalecer las capaci-
dades municipales para la inves-
tigación y mitigación del cambio
climático en la región que se le
conoce como El Trifinio (el pun-
to de unión de las fronteras de
Guatemala, Honduras y El Sal-
vador) con el fin de establecer
condiciones para el cambio cli-
mático, tomando en cuenta el
riesgo medioambiental; buscan-
do así el manejo de los efectos
de éste y considerando, además,
que la región centroamericana
es una de las zonas que más ha
estado sufriendo tales cambios y
que en dichas comunidades exis-
ten condiciones de pobreza que
requieren atención.
Si quiere explorar acerca de la
labor de Luis Bruzón, puede re-
visar los libros “Entre Caobas y
Flamboayanes” y “Latidos del
Tiempo”, disponibles en http://
www.culturacentroamericana.info
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