Revista UNADicción Abril | Page 29

Han pasado más de cincuenta años desde la declaración de los derechos de los niños. La necesidad de tomar cartas en el asunto surgió luego de la Primera Guerra Mundial, pues fue durante este conflicto que las garantías de los menores fueron mayormente violentadas. En 1924 con la Declaración de Ginebra se abrió la discusión asociada con la necesidad de proporcionar protección a los infantes, velar por sus intereses y la integridad de estos dentro de la sociedad

Sin duda con el paso de los años y el avance de la tecnología, la situación de los infantes ha cambiado, ya no son la principal fuente de ingresos como en los tiempos de la postrevolucionario, sin embargo se mantienen como visionarios y ejemplos en otras cuestiones, quizás más ad oc a sus tiempos.

Un claro ejemplo es Instagram, red social creada y lanzada en el año 2010, a través de la cual se comparten fotografías y videos del día a día de los usuarios o de hechos sorprendentes con los que se encuentren.

Es una versión visual de microbloggin, similar a Twitter en cuanto a lo efímero. Esta red social, originalmente fue planeada sólo para Apple, pero debido a su aceptación y exigencia por otros usuarios fue lanzado posteriormente para funcionar en dispositivos Android.

De tal manera ha permeado a la sociedad, que ha alcanzado hasta a las audiencias más jóvenes. Actualmente hay una gran cantidad de niños utilizando esta red social digital, pese a que sus políticas dicen no aceptar a menores de trece años. De modo que la plataforma de fotografía y vídeo ha entrado recientemente a un debate, que incluye a sus usuarios más jóvenes

Algunos están de acuerdo con que, si los niños lo desean, puedan interactuar como adultos en la ciber red, puesto que tienen talento para ello, y viven en una era completamente digital. Pero otros no se sienten muy cómodos con que menores de edad estén expuestos de esta manera, al alcance de un sinfín de personas sin escrúpulos, pero si con muchas malas intenciones.

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