Revista UNADICCION - Febrero 2017 Febrero 2017 | Page 6

uizá puedan tomarme como loca por lo que estoy a punto

de decir, algunas personas pueden sentirse identificadas con mis ideas, pero otras simplemente dejarán de leer y se reirán de mí.

Siempre he creído que esta vida que estamos viviendo no es la única y que todo lo que nos han enseñado a lo largo de nuestros años de existencia no se acerca ni a la mitad de lo que es en realidad.

Verán, yo pienso que al nacer y morir sólo experimentamos un “cambio de piel” pero en el interior seguimos siendo nosotros mismos. Por lo tanto, en cada vida nuestra, nos encontramos siempre con las mismas personas, pero no nos reconocemos porque hemos cambiado visiblemente. Claro que hay excepciones, ¡siempre hay excepciones! Y pasa que al ver a alguien supuestamente por primera vez, lo reconocemos de inmediato y sabemos que hay algo que nos une, algo que no podemos saber qué es.

Se dice que de toda nuestra capacidad intelectual sólo utilizamos un pequeñísimo porcentaje y es por eso que no nos damos cuenta de este gran cambio trascendental que experimentamos al morir/nacer. Vivimos una vida a veces larga, a veces corta; puede ser una buena o mala vida y en ella conocemos todo tipo de personas, pero al morir ¿qué queda?, yo misma me lo he preguntado muchas veces, ¿a dónde vamos?, ¿qué nos sucede?, y he llegado a comprender que sólo experimentamos un cambio de forma pues el cuerpo humano sólo puede resistir hasta unos 110 años o algo así, pero nuestra alma, espíritu, esencia, o como le quieran llamar, no se marchita porque no está hecha de carne ni de hueso.

Es por eso, como lo dije antes, siempre convivimos con las mismas personas en todas nuestras vidas, porque estamos muriendo y naciendo constantemente, pero entonces, ¿quién es el encargado de darnos nuestros cuerpos nuevos? Eso no lo sé y no quiero quebrarme la cabeza pensándolo. Muchas personas hablan de Dios, otras hablan de evolución, de ciencia, etcétera, yo no quiero hablar de nada porque no me gusta hablar de religión y sobre la idea que planteo es sólo eso, una idea que tengo en mi pequeña cabecita.

Algunos se atreverán a preguntarme en qué baso mi teoría y yo sólo puedo contestar una cosa, no es teoría y no la baso en nada más que en mi imaginación. Soy escritora, las ideas se me escurren por entre los dedos y realmente eso me encanta, aunque a veces puede traerme problemas al no saber distinguir la realidad de la ficción.

Ahora bien, habiendo expuesto mí no-teoría acerca de nuestra existencia, ¿hay alguien que opine lo mismo?, o quizá puedan platicarme si en esta vida han reconocido de inmediato a alguien y saben que de seguro lo conocen de otras vidas. Yo puedo decir que sí me ha pasado y en mi caso, es un sentimiento muy fuerte, como un electrochoque a mi cerebro que me hace despertar un poco y saber que no sólo tengo 32 años pisando este suelo ni respirando este aire.

¡Las locuras de

Paty!

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