Autor: Miguel De La Cruz
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“…En el capítulo anterior, Lluvia pedía perdón a Said en su última carta mientras sus ojos se humedecían de lágrimas ¿Qué sucedió entre lluvia y Said?”
Capítulo 4. Sentimiento en 12 cartas (Parte 2).
Era la primera vez que el corazón de Lluvia olvidó dictarle un “Hola amor” al inicio de su carta. Sus ojos, totalmente humedecidos por las lágrimas se perdían en su teléfono, observándolo detenidamente como si con ello encontrara algún alivio.
Said, ajeno a la escena, parecía más interesado en fortalecer su cuerpo, sus piernas se movían rítmicamente al correr a una velocidad constante. Su torso, cubierto con una playera gris dejaba adivinar un cuerpo vigoroso, mantenía la frente en alto, con la mirada centrada en el horizonte, mientras poco a poco el sol bañaba con una luz rojiza su cara, al tiempo que empezaba a ocultarse. Minutos más tarde, Said permanecía sentado en la arena, sus pies desnudos se humedecían con las olas de la playa mientras su cabello se agitaba agresivamente por el viento. Los granos de arena golpeaban fuertemente su rosto sin parecer molestarle, se veía tranquilo, observante, sin embargo una revolución de ideas surcaba su cabeza, ideas que parecían quedar atrapadas en una lágrima contenida. Para Said, la historia se repetía una y otra y otra vez, durante mucho tiempo, se había olvidado del amor e incluso de la gente. A diferencia de la mayoría de las personas, su ideología, no contemplaba tres oportunidades, para Said solo existía una sola, creía que si una persona fallaba a la primera oportunidad, entonces seguiría fallándole por el resto de la vida.
Lluvia se había convertido para Said, en la persona más importante de su vida, la razón nuclear de su existencia. Durante mucho tiempo, Said se dedicó a preparar un espacio especial en su corazón para entregárselo a ella, un lugar que jamás sería ocupado por nadie más, un lugar en donde la envidia y la infidelidad no tenían cabida y ahora que se lo entregaba, el manto negro de la mentira manchaba de oscuridad la razón de su vivir.
Después de mucho meditar, Said se decidió por la máxima de que “todos merecen una segunda oportunidad”, una decisión que enmarcaría su vida y rompería con un paradigma que durante mucho tiempo lo había protegido. Lluvia no tenía idea de lo que significaba esa decisión para él, desde su perspectiva no apreciaba que Said, había decidido quitarse la armadura y luchar por ella sin protección alguna, una lucha contra el desamor sin garantía, apostando al todo o nada por la felicidad de la mujer que él amaba.
“Lo que para nosotros es un pequeño detalle, para otros significa una lucha de vida o muerte, una lucha sin garantía que están dispuestos a pelear por lo que verdaderamente aman”.
Dispuesto a enfrentar sus miedos, Said tomó su teléfono y sin esperar más, marcó los 10 dígitos que lo separaban de Lluvia, al mismo tiempo en que su orgullo se desmoronaba alrededor suyo, como una sombra de arena que caía pesadamente sobre el suelo.
-¿Bueno? – Contestó Lluvia al otro lado del teléfono.
“… ¿Estará dispuesta Lluvia a seguir el rumbo que decida tomar Said?, ¿Qué sucederá con el amor que ambos se tienen?” descúbrelo en el siguiente capítulo.