Travesías didácticas Nº 33 • Noviembre 2020 | Page 11

presencialidad o de la pandemia .
¿ Para qué se evalúa ? Para informarse , para conocer , para obtener datos cualitativos y cuantitativos , para saber , para ayudar , para sostener procesos de enseñanza y de aprendizaje , para registrar , documentar , interpretar , comprender y comunicar . Para retroalimentar los procesos de enseñanza y de aprendizajes con bases sólidas y reales . Este aspecto también vale para ambos contextos , la presencialidad por un lado y la virtualidad en pandemia , por el otro .
¿ Qué se evalúa ? Aquí entran a tallar algunas cuestiones que hacen a la diferencia . Una de las cosas que es necesario tener en claro es que , es imposible replicar en la virtualidad lo que estuvo planificado para la presencialidad . Son muchos los motivos que permiten afirmarlo . Los tiempos son diferentes , son diferentes los espacios , los recursos , los materiales y , sobre todo , la comunicación y el vínculo entre maestras / os y alumnos / as . La lógica del encuentro pedagógico cara a cara , que se produce en la presencialidad , no tiene la misma lógica del encuentro a través de los diferentes modos de comunicarse en la virtualidad .
En este sentido cabe aclarar que en épocas de pandemia el principal propósito es que los y las maestras , como funcionarios de un Estado presente , garanticen con sus propuestas de enseñanza la continuidad pedagógica , promoviendo de este modo , la igualdad de oportunidades a todos los niños y a todas las niñas , para garantizar el derecho a la educación .
Con lo cual se afirma que la principal diferencia está dada fundamentalmente por el hecho que en la evaluación el acento está puesto en el vínculo pedagógico ; esa suerte de alianza que los y las maestros / as necesitan lograr construir con las familias , con los niños y con las niñas . Es decir que , la información más valiosa para los y las docentes es conocer el estado emocional y la situación social del contexto familiar y social de sus alumnos / as . Conocer , a través del relato de las familias , qué sienten los niños y las niñas , qué piensan , si las actividades de enseñanza las comparten con sus hermanos / as mayores , con otros adultos de la familia con los que conviven , si las mismas contribuyen a la integración del grupo familiar . Es decir que , conocer esos indicadores , permite conocer el termómetro del estado de situación , apreciar el grado de interés , conocer las necesidades para poder dar respuestas pertinentes a las mismas . También , indudablemente , es la brújula para orientar y reorientar , de manera crítica , los procesos de enseñanza .
El acento entonces está puesto en lo vincular y los contenidos escolares , que siempre están presentes en cada propuesta de enseñanza , en la virtualidad , se infieren de manera colateral . Dicho de otra manera , es afirmar que los contenidos escolares de enseñanza de las diferentes áreas curriculares no tienen el mismo protagonismo que cuando se trata de un proceso de enseñanza cara a cara . Esto no implica desmerecerlos , ni desvalorizarlos , simplemente es considerarlos en un segundo plano .
¿ Cómo evaluar ? Sabemos por regla general , o tendríamos que saberlo , que cuando se planifica una actividad de enseñanza es necesario , paralelamente , proponer cómo se la va a evaluar . Esta necesariedad responde al hecho de que entre enseñanza y aprendizaje no existe una relación ni automática ni mecánica , que el hecho de haber enseñado no garantiza necesariamente el hecho de que otros y otras aprendan . Para saber si este proceso se produjo
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