Travesías Didácticas Nº 31 • Diciembre 2019 | Page 41

más pequeños y estar atentos a las necesidades de los mismos. En la segunda etapa se incorporó sala de 2 años sin ningún tipo de inconveniente e integrándose al resto del grupo para trabajar. En la segunda tanda de encuentros se mantuvo la planificación pero se agregó a la misma la participación de la profesora de Educación Física, la cual realizó los cierres de las propuestas con los niñ@s realizando diferentes producciones circulares pero con el cuerpo. Luego de cada encuentro, se realizó en esta instancia un cierre grupal con todas las salas en el zum del jardín participando de distintas canciones, lo cual permitió volver cada uno a su sala de forma ordenada y tranquila. Desde lo personal considero que fue muy enriquecedor trabajar con esta modalidad ya que fue mi primera experiencia como docente el tener un grupo con diferentes edades para realizar el trabajo. Creo que a través de la propuesta los chicos logran crear vínculos entre sí y comprenden valores cotidianos como el simple hecho de respetar las diferentes producciones o mostrarse solidario con el resto del grupo como así también la posibilidad de elegir de acuerdo a sus preferencias en donde participar”. Conclusión institucional Cuando proponemos trabajar en Talleres en el Nivel Inicial, generalmente lo hacemos a partir de la problemática de la organización y optimización del tiempo en los jardines de Jornada Completa, aspecto que se diluye en nuestra institución de Jornada Simple. Queremos invitarlos a pensar en los talleres Multiedad como posibilidad de instalar una dinámica de trabajo que no se constituya en una experiencia aislada sino frecuente, sistemática y enmarcada en el Proyecto Escuela. Dicha propuesta promueve prácticas democráticas, contribuyendo además al reconocimiento de espacios y materiales como parte de un patrimonio común a favor de la tarea educativa. Considerando algunos de los mitos o inquietudes que aparecen cuando pensamos en trabajar con los grupos multiedad, a menudo sostenidos desde adentro de la institución, consideramos que pueden estar relacionados con el ceñimiento estricto a lo disciplinar, a los contenidos específicos de cada área o disciplina, dejando de lado la importancia del uso colectivo de espacios que ameritan “salirse” del espacio de la propia sala, abriéndose a la disposición de recibir grupos de otras secciones, por ejemplo. En otras ocasiones, las inquietudes son expresadas por las familias, a veces no tan abiertamente, como por ejemplo presuponer que los niños más grandes pueden lastimar a los más pequeños o, imitarlos en su modo de hablar temiendo una regresión en el lenguaje o en sus comportamientos, o que los más pequeños pueden saltear etapas de desarrollo, o pueden no respetarse los tiempos personales de aprendizaje. Sin embargo, podemos afirmar que a los más pequeños, este tipo de experiencias compartidas con niños mayores, los estimula en su autonomía, les da la posibilidad de indagar, explorar, escuchar y participar, ensayando y enriqueciendo sus posibilidades de saber y conocer. A los más grandes, el hecho de colaborar y ayudar a los más chicos, les permite reflexionar sobre sus propios saberes y procesos de aprendizaje. Pensar en cómo han ido 39