Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 76
La gestión institucional en...
María Cerneira
necesario- los marcos teóricos, trabajar documentos “colectivamente”. Gestionar en este
escenario ayudando a pensar y problematizando para no caer en un falso facilismo que ubique
todo en el “afuera”, ofreciendo orientaciones para ampliar la mirada.
El concepto de “trayectoria” nos comprende: como docentes no dejamos de ser sujetos de
aprendizaje en proceso de educación permanente. Habrá que proponer modalidades menos
individualistas, más colaborativas y cooperativas: evitando acentuar las asimetrías existentes
como forma posible de desarmar violencias en les equipes de trabajo, en alumnes, familias.
Llegamos con nuestro propio bagaje, nuestro saber más o menos completo o inacabado, el
ideario de lo que es o tiene que ser la escuela, la familia, les niñes.
Cuando el desafío es ofrecer un horizonte de igualdad sostengamos el “principio de igualdad
de las inteligencias”: no existen razones ni causas de x orden que nos lleven a pensar que un
niñe se encuentra más favorecido que otre para adquirir aprendizajes.
Una escuela, una educación del Nivel Inicial que promueva la participación, el hacer con otros,
así como ser parte en la toma de decisiones, un equipo directivo y docente que comunique el
proyecto educativo a la comunidad, que informe acerca de las legalidades y las haga visibles
en la práctica. “Multiplicar es la tarea” no reproducir desigualdades, hay que “negarse a
distribuir las vidas en distintas orillas” 1 . Seamos autores de una gesta que busque nuevas
formas de escolarización, superadoras de las prácticas que esperan que nuestres niñes
aprendan lo mismo, de la misma manera y al mismo tiempo. No copiar, no reproducir, sí crear
condiciones de legalidad.
Lo expresado hasta acá no desconoce la ausencia de recursos en la implementación de las
políticas educativas, los recortes en educación, los aspectos ligados a la formación
profesional, la deuda de la articulación interministerial: barreras con las que tristemente nos
encontramos. Educar para garantizar, asegurar, hacer real la inclusión implica una
responsabilidad que comienza por el Estado, no es exclusiva y única de docentes y directives.
A modo de cierre
Como agentes de la educación tenemos requerimientos y obligaciones precisas e
indelegables. La revisión de la maquinaria escolar que sobrevivió a través de los siglos es hoy
interpelada en sus lógicas, formato, uso de los espacios, estilos comunicacionales, selección
de contenidos, estrategias áulicas, modos de organización de las actividades.
Gestionar en tiempos de inclusión merece una constante previsión y proyección de acciones,
modos de evitar que nos ganen la improvisación, la polisemia y la incertidumbre y sostener la
1
Frigerio Graciela, 2005
74