Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 38
La vieja discusión...
Margarita Penadés
A fines de la década del ´80, con el retorno a la democracia y ante la ausencia del juego en
las salas, se introducen los talleres con una modalidad parecida a la propuesta de Frietzche
y Duprat en algunos casos, y en otros, se recreó un activismo encubierto.
Esta modalidad fue definida como metodología centrada en la intencionalidad pedagógica
del docente y en la sistematicidad del aprendizaje de los niños focalizado en los aspectos
sociales y afectivos. Aunque algunos talleres no tienen carácter lúdico, el juego se hace
presente en las distintas propuestas.
Laura Pitluk desarrolla esta propuesta entendiéndola como una forma de organizar la
enseñanza “en función de la tarea en pequeños grupos alternada con el trabajo individual y
en el grupo total, buscando momentos de reflexión alrededor de una tarea que tiende al trabajo
sobre los contenidos, desde la mirada de la conformación de lo grupal, y la puesta en marcha
de producciones compartidas, aprendiendo desde el placer y el juego” (Pitluk, 2006, La
planificación didáctica en el jardín de infantes).
En la década del ´90 la preocupación teórica gira en torno a las relaciones del juego con el
aprendizaje. Se incorporan nuevas modalidades, como el Trabajo-Juego (en Ciudad de
Buenos Aires) o Juego Proyecto (en Provincia de Buenos Aires), el Juego Centralizador y los
Talleres. Cristina Denis unifica el juego en rincones, los talleres y el juego centralizador como
variantes del Juego Trabajo, considerado éste como una estrategia metodológica.
Ruth Harf, diferencia el juego como actividad propia de la infancia y como estrategia
metodológica del docente, quien presenta la propuesta lúdica como una manera de enseñar
los contenidos, y el niño es quien juega apropiándose de los contenidos escolares a través de
un proceso de aprendizaje.
Elisa Spakowsky, sostiene que el juego y el conocimiento son interdependientes, el juego
facilita la construcción de conocimientos y éstos enriquecen el desarrollo del juego. La
intervención del docente está en la planificación y evaluación del juego en relación con
los objetivos y contenidos, no en el juego mismo. El juego se convierte en principio
didáctico, al decir de Spakowsky “orienta la enseñanza facilitando la apropiación de
conocimientos por parte de los niños a través de la intervención docente” (1996).
A partir de la Ley de Educación Nacional 26.206 sancionada en el año 2006, se re-significan
las propuestas de enseñanza en relación al juego y al aprendizaje. En la elaboración de los
N.A.P. (Núcleos de Aprendizajes Prioritarios) se expresa la intencionalidad de definir
estrategias pedagógicas que contemplen las diferentes modalidades de juego y enseñanza,
respetando el derecho de los niños y niñas a jugar y alentando su interés por aprender.
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