Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 31

paradigma de una buena enseñanza”. (Lydia Bosch, en Sarlé “Juego y aprendizaje escolar”, 2001). Entendiendo que el Juego Trabajo forma parte de las propuestas que el/la docente de nivel inicial cuenta para enseñar, es posible decir, que esta forma de plantear el juego en las salas tiene una clara intencionalidad pedagógica que necesita ser resignificada a la luz del paradigma actual, para poder comprender la relación que se establece hoy entre el juego, el aprendizaje y la enseñanza. Hoy sabemos que el juego que se juega, que se aprende y que se enseña, es un juego producido por la cultura, por ello se lo entiende como “contenido de alto valor cultural” (Ley de Educación Nacional Nº 26.206 y leyes provinciales). Es en este marco, que el juego se presenta como una actividad imprescindible para el desarrollo integral de los niños y niñas, por lo que nos lleva a reflexionar el lugar que ocupa el mismo en las salas de nuestros Jardines Maternales y Jardines de Infantes. La educación infantil y el juego. De cómo el juego se quedó a vivir en los jardines de infantes. Concepciones teóricas acerca del juego y su influencia en la Educación Inicial. Hoy sabemos que el juego entró en el Nivel Inicial como un aliado estratégico para “endulzar” dice Ana Malajovich (2000) esos nuevos aprendizajes que los niños deberían aprender para convertirse en alumnos. Aprendizajes relacionados a los hábitos y normas institucionales que les permitirían adquirir la nueva cultura escolar, diferente a la cultura familiar pero que a la vez daría continuidad a las marcas necesarias para mantener el orden social establecido para aquellas épocas en las que se entendía a la sociedad como algo naturalmente estable, armónico y ordenado. La función socializadora del jardín de infantes era fundamental para mantener la estructura social, por eso la necesidad de trabajar la adquisición de los hábitos, para incorporar las normas y valores considerados ideológicamente neutros y legítimos por la sociedad misma. 5 Por un lado, el juego entró a las salas del jardín ocultando la intencionalidad educativa y a la vez, diferenciando este nivel con el de la escuela primaria. Era muy común escuchar frases como ésta: “aprovechá a jugar ahora que estás en el jardín, porque en la escuela primaria vas a tener que estudiar” … lo cual dejaba en claro que al jardín se iba a jugar y a la escuela primaria a aprender. También, sobre las prácticas de enseñanza tuvo mucho peso la influencia del pensamiento de Froebel, acerca de que el niño no debía darse cuenta de que estaba aprendiendo, para 5 Para ampliar el concepto de socialización, se sugiere recuperar las palabras de Elisa Spakowsky a través de la lectura de los capítulos 1 y 2 de su reconocido libro “La organización de los contenidos en el Jardín de Infantes” de Ediciones Colihue (1996). 29