Abordaje colaborativo de conflictos escolares.
Rosaura Paulero
A modo de cierre
Se dice que el conflicto es un rasgo inevitable de las relaciones sociales. El problema radica
en que todo conflicto puede adoptar un curso constructivo o destructivo. Por lo tanto, la
cuestión no es eliminar el conflicto sino asumirlo y enfrentarlo con recursos que nos permitan
salir enriquecidos de esa situación.
La escuela, como espacio de encuentro de diferentes actores con multiplicidad de intereses
y con diversidades culturales, sociales e individuales es generadora y multiplicadora de
diferencias y conflictos.
La mediación escolar constituye un importante trabajo preventivo y formativo, tanto a nivel
individual como colectivo, en tanto permite que los protagonistas de los conflictos tengan la
oportunidad de:
•
•
•
•
•
Vivirlo como una oportunidad para examinar diferentes perspectivas.
Reconocer el impacto de sus respectivas acciones y responsabilizarse por ellas.
Identificar emociones propias y ajenas.
Explorar distintos intereses y necesidades.
Trabajar cooperativamente en la búsqueda de soluciones que sean buena para todos
los participantes.
Por ello, desde el Nivel Inicial a través de proyectos de educación para la paz y en la escuela
primaria con programas de alumnos mediadores, se pueden incorporar estos contenidos y la
visión positiva del conflicto y de la paz.
En palabras de Paulo Freire. “Cuanto más respetemos a los alumnos y a las alumnas
independientemente de su color, sexo y clase social, cuantos más testimonios de respeto
demos en nuestra vida diaria, en la escuela, en las relaciones con nuestros colegas, con los
porteros, cocineras, vigilantes, padres y madres de los alumnos, cuanto más reduzcamos la
distancia entre lo que hacemos y lo que decimos, tanto más estaremos contribuyendo para el
fortalecimiento de las experiencias democráticas”. (FREIRE; 1994 Pag 133, “Cartas a quien
pretende enseñar”).
36