Travesías didácticas Nº 26 • Diciembre 2017 | Page 45
competencias individuales interrelacionadas con lo social, a través de la sensibilización, la
experimentación, la imaginación y la creatividad.
En tal sentido observamos que el hecho creativo es el resultado de una serie de
simbolizaciones, vivencias y asimilaciones de conocimientos, es una síntesis de componentes
cognitivos, afectivos, sociales e imaginativos. Sin aprendizaje no hay creatividad posible.
La actividad creadora aparece entonces como una forma de relación singular, ya sea entre los
niños y los adultos o de los niños entre sí, con un claro valor educativo.
Pero, la actividad creadora muchas veces no es considerada en nuestro sistema educativo
como una actividad apropiada para el desarrollo de los aprendizajes en el aula ya que la
mayoría de las personas creen que la creatividad o la creación es un “don” privativo de algunos
elegidos a los cuales se los encuadra dentro de la categoría de artistas, talentos,
descubridores, genios, etc. Esto no es así y para sustentarlo tomamos las palabras de L. S.
Vigotsky “Llamamos actividad creadora a toda realización humana creadora de algo nuevo,
ya se trate de reflejos de algún objeto del mundo exterior, ya de determinadas construcciones
del cerebro o del sentimiento que viven y se manifiestan sólo en el propio ser humano.”. Toda
actividad creadora posee como base a la imaginación que se encuentra manifestada por igual
en los aspectos culturales, científicos o técnicos de la vida del Ser Humano. Todo lo que no
tenga que ver con el mundo de la naturaleza y sí con el de la cultura es el resultado de la
imaginación y de la creación humana, por lo tanto, todos los seres humanos poseemos
capacidad para la creación.
Observamos que durante las actividades creativas, dramatizaciones, teatros de sombras,
mimos, modelados, musicalizaciones, etc. los niños reproducen mucho de lo que ven, pero no
se limitan a recordar experiencias vividas, sino que las reelaboran creativamente,
construyendo de esta manera, a través de distintas combinaciones, otras nuevas.
Debemos aclarar que la combinación creadora no se da naturalmente ni repentinamente, es
una construcción vinculada con cada etapa evolutiva, directamente relacionada con la
experiencia acumulada. Por eso es falso suponer que los niños poseen mayor imaginación o
creatividad que los adultos. Simplemente porque los niños han vivido menos tiempo que los
adultos y por lo tanto poseen menor cantidad de experiencias que les permitan desarrollar su
creatividad. Sin embargo, podemos afirmar que la actividad creativa se relaciona directamente
con la variedad y la riqueza de la experiencia acumulada, y que desde nuestro rol docente es
necesario ampliar, habilitar, facilitar pedagógicamente la experiencia de los niños/as
presentando los andamiajes necesarios para su actividad creativa. Es decir, si el niño/a no
conoce por una experiencia anterior elementos que le permitan inventar, no podrá crear o
recrear, ya que es la combinación de estos elementos lo que constituye algo nuevo, por lo
tanto, la intervención docente en los lenguajes artísticos asume la responsabilidad de brindar,
habilitar y ampliar la experiencia creativa.
La actividad artística, múltiple e integradora, tiene distintas funciones en diversas culturas,
épocas históricas y grupos sociales, pero quizás la más importante es la de lograr comunión,
producir armonía en la personalidad, dar placer, reflejar la vida y la realidad, reflejar conflictos
internos o sociales, estructurar la moral y desarrollar la capacidad creadora, base de todo
nuevo descubrimiento científico que ayuda a satisfacer y mejorar la propia vida.
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