“El desafío, entonces, es encontrar la forma sustentable
para la conservación de este patrimonio diverso”
provee de alimento a peces y mariscos,
los que a su vez sirven de alimento a otros
seres vivos.
Estas actividades productivas modi-
fican el espacio, al mismo tiempo que las
comunidades desarrollan cierta forma
de vida que les es propia: domestican
especies, transforman el relieve, hacen
caminos, canalizan los ríos, entre otras
actividades. Así, a lo largo de la historia se
van formando paisajes que son resultado
de la acción humana en interacción con
la naturaleza. Estos son los llamados
“paisajes culturales”.
De la conservación de esos paisajes
depende la reproducción material y
todas las prácticas culturales asociadas a
esta. Por lo mismo, estos paisajes están
indisolublemente ligados a los sentimien-
tos de identidad y a la conformación de las
identidades colectivas, pero no sólo de los
moradores de estos lugares, sino de todos
quienes se identifiquen con ellos.
A pesar de esta importancia,
numerosas actividades como la
sobreexplotación de algunas especies,
la modificación de sus hábitats, la
acumulación de contaminantes y la
introducción de especies exóticas, ponen
en riesgo la sobrevivencia de estas
especies, los servicios ecosistémicos
que nos prestan y, con ello, degradan
nuestro patrimonio al tiempo que reducen
nuestras opciones de desarrollo.
El desafío, entonces, es encontrar la
forma sustentable para la conservación
de este patrimonio diverso, que considere
el acceso a espacios de valor social y
económico de manera compatible con las
características de los territorios y ecosis-
temas. El desarrollo y la sustentabilidad
son conceptos cuya integración podría
transformarse en grandes beneficios,
tanto para el ambiente y sus componentes
como para la sociedad en su conjunto y
cada persona en particular.
Aunque se sabe que el desarrollo
sustentable es un término relacionado con
crecimiento, estabilidad y modernización,
es necesario reconocer que ha sido un
concepto muy complejo de poner en
práctica. No solo tiene un significado
económico o material, sino que también
persigue la realización plena del ser
humano en todas sus dimensiones. Para
avanzar en esa dirección también es
importante que el ambiente sea sano y
que ofrezca oportunidades de bienestar a
las personas.
Dado que es desde el entorno donde
los chilenos obtienen los recursos básicos
para la vida y que el ambiente juega un rol
de proveedor de bienes y servicios como
el agua, el aire, el suelo, entre otros, debe
protegérsele de amenazas, precisamente
con el fin de no poner en peligro las
potenciales fuentes de desarrollo y de
nuevas oportunidades para los seres
humanos de ahora y del futuro.
Un desarrollo con sustentabilidad
implica entonces conservar el patrimonio
natural y cultural, hacer un uso criterioso y
compartido de los recursos, impulsar una
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