Revista Tarapacá Insitu 29 - Page 5

similares a Maní 12 , los hombres tenían más autoridad que las mujeres y la conducta de los más jóvenes estaba subordinada al parecer de sus parientes mayores ¿ Ha-brá sido este el caso de los antiguos habitantes de la pampa ?
El estatus , el acceso a bienes materiales y a cargos de autoridad en las sociedades organizadas en cla-nes dependía de reglas compartidas y tabúes , que generalmente involucraban factores como el sexo , la edad o la cercanía a los antepasados fundadores del clan . También existían jerarquías entre grupos : los más nuevos debían respetar los espacios -para cazar , fabricar proyectiles o acampar- que ocupaban los clanes más antiguos ¿ Qué jerarquías habrán permeado la conducta y organización de los primeros tarapaqueños ? Con todo , Maní 12 representa una época de la historia de la humanidad en que todos éramos más iguales de lo que somos hoy .
(*) Soledad González Díaz , Víctor Martínez Mellado , Tomás Sepúlveda Schwember , Victoria Urenda Montenegro y Paulina Illanes Kurth
Los antiguos ocupantes de Maní 12 conocían bien las cualidades combustibles de la madera seca del molle . Su dureza , densidad y bajos niveles de humedad lo convirtieron en su leña predilecta , junto con otros árboles de la pampa hoy inexistentes .
Personas como nosotros
Es tanto el tiempo que nos separa de los grupos de cazadores y recolectores que poblaron Tarapacá , que a menudo olvidamos lo cerca que , en realidad , estamos de ellos . Las personas que recorrieron la pampa hace 13.000 años también experimentaron emociones como la tristeza , la desconfianza , la frus-tración o la alegría . Como nosotros , se enfrentaron a desafíos y problemas , que algunas veces
solucio-naron con éxito y otras no . Las personas que vivieron en las quebradas y las pampas tarapaqueñas com-partieron afectos y entablaron relaciones de amistad y compañerismo . También lloraron la pérdida de un ser querido , experimentaron el miedo de sobrellevar un gran temblor o sintieron rabia cuando la decisión de alguien más les pareció injusta . La envidia , la soberbia y la pereza también integraron el
repertorio de sus emociones cotidianas .
No conocemos el idioma que hablaron los cazadores y recolectores de las pampas ni sabemos con qué nombre bautizaron a las estrellas del cielo del hemisferio sur . Sí podemos intuir que interpretaron el paisaje en clave sobrenatural , atribuyendo cualidades humanas y no humanas a los cerros , cuevas y caminos que recorrían día
a día . Solo queda imaginarnos cuando , sentados en torno a un fogón al final de la tarde , compartían una merienda y una conversación . En instancias como estas debieron fraguarse mitos protagonizados por entidades prodigiosas , que no solo contribuyeron a forjar una historia común , sino que también legitimaron prejuicios y jerarquías que se heredaron de generación en generación .
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