Hace 13.000 años , nuestros ancestros vivían de una forma muy distinta . Quienes poblaron la quebrada de Maní seguramente residieron en campamentos estacionales o aleros rocosos , emplazados dentro de circuitos territoriales que conocían muy bien . Maní 12 fue un campamento que congregó a los primeros tarapaqueños para tallar proyectiles y cuchillos de piedra , herramientas fundamentales en todos sus |
quehaceres , especialmente la caza de animales . Los cuchillos de piedra permitían cortar la carne para comerla y curtir pieles para , posiblemente , obtener cuero y fabricar tiendas , ropa y bolsas .
En Maní 12 también se han encontrado otros vestigios que nos ayudan a imaginar cómo fue la vida ahí . Un fogón para cocinar y postes para levantar tiendas revelan que se trató de un lugar que , si bien no se ocupó de forma permanente , brindó cobijo estacional a
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sus habitantes . En Maní 12 también se encon-traron conchas , obsidiana -una roca volcánica de la cual se pueden obtener láminas muy filosas- y óxido de fierro , utilizado como colorante . Ninguno de estos elementos está presente en las cercanías del campamento . Esta evidencia sugiere que los ocupantes de Maní 12 integraron en su quehacer produc-tos de lugares distantes . La obsidiana y otras rocas provenían de los Andes , mientras que el óxido de fierro |
y las conchas se traían de la costa . De la floresta tropical , incluso , obtuvieron fragmentos de ma-dera de ceiba .
La red de intercambio de larga distancia de Maní 12 abarcó , al menos , 160 km a la redonda . Como los ocupantes de otros sitios de la misma época , los habitantes de Atacama se desplazaron por circuitos proyectados en función a su propia experiencia , nacida del conocimiento práctico que tuvieron del medio ambiente y sus ritmos
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