Revista SICES - Segunda Edición 2019 Julio 2019 | Page 28

22 Ciencias Sociales y Derecho de la historia de la humanidad se han escrito por personas que recibieron un mensaje y lo siguieron firmemente sin cuestionar si éste era o no correcto. Un ejemplo claro de esto es la Segunda Guerra Mundial*. La religión desde la psicología León (1973) define la psicología de la religión como “…la ciencia que se ocupa de la religión en su aspecto de fenómeno psíquico, es decir, de la religión en la medida que es creencia del individuo o del grupo” (30). Los psicólogos clásicos tienen diferentes formas de explicar la experiencia reli- giosa en el hombre. A modo de ilus- tración, mencionaremos algunos de los principales teóricos de la psicología, los cuales, por medio de su investi- gación ofrecieron una explicación al porqué de la experiencia religiosa en las personas. Freud fue uno de los primeros en analizar la religión desde un punto de vista psicológico. En su libro Tótem y Tabú (1913) plantea, desde su teoría psicoanalítica, que la religión tiene su origen en la impoten- cia del hombre para enfrentarse con las fuerzas naturales exteriores y las fuer- zas instintivas interiores. La religión surge en una etapa primitiva del desar- rollo humano, cuando el hombre aún no puede hacerle frente a esas fuerzas y tiene que reprimirlas o tratarlas con la ayuda de otras fuerzas afectivas. En este intento, el hombre recuerda cuando en su infancia se sintió indefenso ante el peligro, pero protegido por una figura paterna con sabiduría y fuerza supe- rior y cuyo amor y cuidados podría ganar obedeciendo sus lineamientos y evitando la transgresión de sus pro- hibiciones. Freud llama “Ilusión” a lo anteriormente explicado, también llama “peligro” a la religión, entre otras razones, porque prohíbe a la gente el pensar críticamente y la responsabi- liza por empobrecer a la inteligen- cia. Para John B. Watson, (citado por León, 1973) la religión era algo que pertenecía al pasado, que se desarrolló debido a la vagancia del hombre, para no tener que esforzarse en encontrar la explicación de los fenómenos que ocurren. Fromm (1950), a diferencia de Freud, insiste en que “No hay nadie sin una necesidad religiosa, la necesidad de tener un marco de orientación y un objeto de devoción está enraizada en las condiciones de la existencia del hombre” (44). Con relación a esto R. Murcia (Entrevista Personal) comentó que la humanidad está ligada a la búsqueda de un Dios por su imposibilidad de explicar lo que pasa después de la muerte, pregunta que no podemos responder desde los límites de la humanidad. Carl Jung, (citado en León, 1973) por su parte, expresó que la experiencia religiosa trasciende al individuo porque surge de energías inconscientes que escapan a la concien- cia individual. Jung va de religión en religión para comprobar que, a pesar de la diferencia, hay elementos sub- yacentes en todas y tales ideas surgen espontáneamente de un substratum común. Para Jung, la religión o la esen- cia de la experiencia religiosa es la sum- isión a poderes superiores a nosotros, según él, este poder puede llamarse Dios o inconsciente. Es decir, Jung trata a la religión como un fenómeno psicológico. Por su parte, Allport (1950) realizó un trabajo notable al que llamó The individual and his reli- gion (El individuo y su religión) donde afirmó que la religión contribuye a la integración de la personalidad, dando a la vida paz y significado, eliminando la confusión y la tragedia producida por la incapacidad de explicar los fenómenos que se viven. En cuanto a Maslow, éste no enfocó sus esfuerzos en dilucidar el tema de la religión, sin embargo, desde su pirámide de necesidades es posible ilustrar la forma en que ésta se encuen- tra implícita como un medio para lle- gar a la autorrealización. La pirámide de Maslow † propuesta en su obra A theory of human motivation (1943) establece que, a medida que se satis- facen las necesidades más primitivas, que se encuentran en escalones ante- riores, las personas van desarrollando deseos y necesidades más elevadas. La experiencia religiosa puede estar ligada a la pirámide en todos sus escalones. En la idea y la fe en un ser supremo, la persona tiene la esperanza y la certeza de que cuenta con un proveedor para todas sus necesidades físicas, y a lo largo de la Biblia los cristianos cuentan con numerosas promesas de que Dios proveerá (Filipenses 4:19, Mateo 6:26, Hebreos 13:5, Salmos 23:1, versión Reina Valera-2009). Más arriba, la necesidad de seguridad es cubierta por el ser protector, que tiene cuidado de sus criaturas y tiene poder para salvar, no sólo el cuerpo, sino también el alma y el espíritu de sus hijos (Isaías 41:10, Isaías 54:17, Salmo 91:1-3 y 121:7- 8). Con el fin de lograr la afiliación y la pertenencia, los creyentes realizan el ritual de la congregación y la comu- nión con hermanos, donde comparten con los demás ritos que se realizan durante la reunión. La comunión y la unidad es, de hecho, un mandato de Dios para los cristianos (Hebreos 10:24-25, Romanos 12:4-5, Salmos 133:1, 1 Pedro 3:8). La necesidad de estima, valor y reconocimiento, * La Segunda Guerra Mundial con sus más de 50 millones de muertos, sus campos de concentración y su degradación a la humanidad (Ayen, 2010), es un claro ejemplo de los efectos negativos de la falta de conciencia crítica al momento de seguir una ideología. † La pirámide de Maslow es una construcción teórica que argumenta que existen 5 necesidades específicas que deben ser satisfechas para poder llegar a una plena autorrealización individual; estas necesidades van desde las biológicas en la base, pasando por las de seguridad, afiliación, afectivas y llegando en la cúspide a la de autorrealización, formando una especie de pirámide de necesidades.