Revista Scientific Volumen 3 / Nº 10 - Noviembre-Enero 2018-2019 | Page 43

La educación ambiental es un área que se encuentra en constante construcción permanente, sus inicios empiezan con la génesis de la humanidad transcurridos en varias épocas y, adquiriendo mucho auge con el conocimiento de la crisis ambiental en los tiempos actuales. Es así como, el último siglo, el contexto ambiental interrumpe en los aspectos sociales, políticos, educativos, culturales y tecnológicos; con un recorrido influenciado por conceptos actitudinales y procedimentales; buscando profundizar los escenarios de reflexión, análisis e interpretación de los cambios globales que están sucediendo en los tiempos actuales. Por consiguiente, se está formando en las capacidades y habilidades para la mediación de los conflictos ambientales. En América Latina, la educación para el desarrollo sustentable se centra en el aspecto académico, sin embargo, se ha observado ciertas dificultades por los especialistas y entes sociales. Ellos visionan una postura que incide en el campo de la educación ambiental. También, han efectuado profundas críticas a este tipo de educación que han sido promulgadas por entes internacionales y en el transcurrir del tiempo han recatado el término de sustentabilidad. En este orden de ideas, en Colombia, según el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (PNSAN, 2012-2019): expone que “hace más de tres décadas comenzó a diseñar y aplicar estrategias de alimentación y nutrición, con un enfoque de subsidios y ayuda humanitaria otorgados a través de diferentes instancias con el propósito de favorecer a las familias más pobres” (pág. 11). Esto refiere que un país como Colombia gestiona, desde hacía varias décadas, el beneficio alimenticio para las comunidades menos vulnerable, con la finalidad de implementar herramientas comunitarias en función de fortalecer el bienestar y vida de los individuos. En este sentido, en los países como Bolivia y Ecuador, enmarcan las 42 Arbitrado 1. Introducción