2. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
La actividad (Lat. activitas, activas = actuar). Mediatiza la vinculación
del sujeto con el mundo real. La actividad es generadora del reflejo psíquico el
cual, a su vez, mediatiza a la propia actividad. Siguiendo a Merani (1998: 4),
podemos entenderla de la siguiente forma:
Se refiere al conjunto de fenómenos de la vida activa, como los instintos,
las tendencias, la voluntad, el hábito, entre otros, que constituye una de las
tres partes de la psicología clásica, junto con la sensibilidad y la inteligencia.
En este sentido, el practicar alguna actividad siempre está ligado a
cierta necesidad que provoca la búsqueda. Durante la realización de la
actividad colectiva e individual tiene lugar el reflejo psíquico de la realidad y se
forma la conciencia. La actividad humana consciente tendiente hacia una
finalidad es la sustancia de la conciencia humana porque es un proceso
objetivo tanto como todos los procesos de la naturaleza.
Dentro de este orden de ideas, en este estudian la actividad externa y
la actividad interna donde esta última es secundaria porque se forma en
proceso de interiorización de la actividad externa formando un plano interior
de la conciencia. Este proceso de interiorización Vigostky lo interpretaba como
pasaje de la función psíquica superior desde el plano social externo al plano
individual interno de su realización. La actividad está estrechamente
interrelacionada con los conceptos conciencia y de lo ideal.
2.2. Actividades Educativas
Según lo expresado por Coll, C (2012: Pág. 54) “representan un
conjunto de acciones planificadas llevadas a cabo por docentes y estudiantes,
dentro o fuera del aula, de carácter individual o grupal, que tienen como
finalidad alcanzar los objetivos y finalidades de la enseñanza”. Al respecto, se
puede decir que las actividades educativas se deben programar en función a
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Artículo
2.1. Actividad