Revista Scientific Volumen 2 / Nº 4 - Mayo-Julio 2017 | Page 269

valores, que permita avivar además del conocimiento, las actitudes y los valores éticos-morales de los estudiantes de manera que pueda insertarse con éxito en una sociedad cada vez más compleja. En este sentido, el sistema de educación superior, es un ente constituido para responder a las demandas en todos los órdenes del país; lo que significa, que es una institución que garantiza el progreso y desarrollo del mismo. En correspondencia, debe constantemente ser reorganizado para impulsarlo hacia las transformaciones imprescindibles que la sociedad reclama, para actuar sobre esas necesidades de manera eficaz, eficiente y de calidad. Estas consideraciones, suponen que la educación superior debe ejecutar una gerencia pertinente con los cambios y exigencias del momento, donde a través de sus funciones básicas: docencia, investigación y extensión dirija sus acciones hacia el logro de formar ciudadanos integrales, donde estos adquieran herramientas fundamentales orientadas a la capacidad de aprender, crear, innovar y comunicar a través de una actitud crítica, reflexiva, analítica, proactiva, democrática y con un sentido de pertinencia social enmarcada dentro de los valores ciudadanos. Sólo de esta manera, la educación superior respondería a los fines por las que fueron creadas, que no es más, la de contribuir con el desarrollo sostenible y sustentable del país. Al respecto Romero (2004) afirma: “El desarrollo del país requiere un sistema de educación superior con mayor responsabilidad y mejor calidad, en el que se asegure que los individuos cuenten con posibilidades reales y excelentes de obtener una formación adecuada, con la finalidad de egresar profesionales integrales que contribuyan a hacer de nuestro país, una nación capaz de producir bienes y servicios adecuados a las necesidades de su población (pág. 87). 268 Artículo Arbitrado personalidad, no se logra si no se hace énfasis en una educación basada en