deben fomentar una cultura de formación permanente del personal docente,
dando lugar a que éste se desempeñe en función de dar respuestas
satisfactorias a las exigencias que se presenten en el entorno, pero además
garantizar su proceso de crecimiento personal, profesional, y por ende de su
práctica pedagógica.
En este mismo orden de ideas, Ugas (2003) refiere que la formación del
educador “debe ser un proceso permanente, generador de cambios, que tome
en cuenta la compleja interactividad de la objetividad y subjetividad del proceso
de enseñanza-aprendizaje”. (pág. 112). Es decir, que este proceso se aleja
de procedimientos signados de improvisación, ni dejados a la suerte del azar.
Al contrario, para su puesta en práctica se requiere de la revisión detallada,
para determinar posibles fallas u debilidades, a objeto de tomar los correctivos
requeridos, razón por la cual al planificar las acciones formativas se requiere
tener plena conciencia del objetivo que se persigue.
4. Orientaciones Metodológicas
La metodología empleada para realizar el presente estudio, estuvo
enmarcada bajo el enfoque del paradigma cualitativo. En este orden de ideas,
Barrera (2010) define el término paradigma como “una manera particular de
ver, juzgar y actuar; también que el paradigma tiene que ver con la actitud
perspectivista referida a la ubicación de cualquier persona con respecto a la
realidad, desde su manera de ver las cosas”. (pág. 125).
Desde el punto de vista epistemológico se puede expresar que la
investigación está dirigida a la construcción de saberes en función de las
realidades culturales y sociales de los grupos, exaltando la descripción y la
interpretación de los puntos de vista de las personas involucradas; es por esta
razón que se pretendió cimentar un carácter dialógico en elementos
relacionados con las creencias, prejuicios, sentimientos, religión y mitos;
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Artículo Arbitrado
Estas son razones que soportan el por qué las instituciones educativas