Revista Scientific Volumen 2 / Nº 4 - Mayo-Julio 2017 | Page 246

La adquisición del conocimiento como herramienta de desarrollo intelectual, es sin duda alguna la característica más relevante en el transcurso de la evolución del ser humano como agente social. Por ello las instancias gubernamentales han intensificado esfuerzos a fin de responder satisfactoriamente ante la alarmante preocupación suscitada a nivel educativo, focalizándose en los procesos de formación del docente, y de esta manera poder solventar las necesidades educacionales, según el momento histórico en el cual se encuentra inmersa la sociedad. Normalmente, surgen situaciones en las instituciones educativas que ponen de manifiesto la actitud del docente para enfrentarlas y dar respuestas satisfactorias, desde las funciones que están bajo su responsabilidad. La actitud, puede expresar en el educador el nivel de compromiso, formación, motivación, responsabilidad y sentido de pertenencia entre otras condiciones, que conllevan a la realización exitosa de la labor a desempeñar. Es importante resaltar que la praxis educativa lleva implícitos valores éticos como la responsabilidad, siendo este el punto de partida para formular la siguiente interrogante ¿hasta qué punto se siente comprometida una persona en el desarrollo de sus funciones?, cuando se le adiciona a éstas otros elementos ajenos a la labor, pero no excluyentes de la vida de ese ser humano. En este sentido, se hace necesario una urgente y profunda reflexión sobre los procesos educativos, haciendo análisis de modelos que respondan a la realidad socioeconómica, política y cultural en los diversos contextos; con el objeto de hacer rectificaciones en los mismos, apoyadas en el marco del desarrollo del nuevo diseño curricular, orientadas a la deliberación profunda sobre los procesos que definen la misión del ser docente dentro de una organización educativa. 245 Artículo Arbitrado 1. Introducción