Revista Scientific Edición Especial - Febrero-Abril 2017 | Page 265
El desarrollo de las competencias depende en gran medida, de una
docencia centrada en el aprendizaje, donde a partir del uso de estrategias
variadas, se permite al estudiante identificar problemas y presentar soluciones.
Al respecto, Perrenoud (2007), afirma que “éstas representan una capacidad
para movilizar varios recursos cognitivos para hacer frente a un tipo de
situaciones” (pág. 87).
Considerándose para ello tres aspectos: a). Las competencias no son
en sí mismas conocimientos, habilidades o actitudes, aunque movilizan,
integran, orquestan tales recursos; b). Esta movilización sólo resulta pertinente
en situaciones únicas, aunque se la puede tratar por analogía con otras ya
conocidas y c). Su ejercicio pasa por operaciones mentales complejas,
sostenidas por esquemas de pensamiento, los cuales permiten determinar y
realizar una acción relativamente adaptada a la situación.
De acuerdo con la afirmación anterior, las competencias docentes son
el resultado de una combinación de varios recursos: actividades o prácticas
profesionales a realizar correspondientes a esquemas propios de cada
persona; las actuaciones, que constituyen los resultados evaluables de las
acciones realizadas.
De acuerdo con lo antes planteado, la competencia docente se puede
valorar positivamente si integra simultáneamente la disciplinar (saber),
metodológica (hacer), social (estar) aplicándolas de manera coordinada en la
práctica. Pero sobre todo, un profesor es competente si sabe transferir esta
interrelación de estrategias complejas a nuevas situaciones educativas y de
aprendizaje.
En síntesis, concreta la investigadora, las competencias docentes
comprenden todas las acciones conducentes a desarrollar la praxis
pedagógica, en donde se fusionan teoría y práctica para construir un
conocimiento o determinado saber mediante secuencias ordenadas de lo
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Arbitrado
2.1.1.1. Competencias Docentes