Apenas el verano asoma en la ciudad del viento,
las velas de los kitesurf comienzan a invadir el
horizonte, el cual termina justo donde comienza
África, a sólo 15 kilómetros de sus costas.
Un desayuno adorable en la ciudad detenida
en el tiempo, da paso a un generoso almuerzo,
rico en variedades del mar y la tierra para luego
comenzar la noche experimentando nuevos
sabores junto a todo el resto de los idiomas en
cada bar, en cada callecita y en cada rincón de
la ciudad que contempla al Mar Mediterráneo
dándose un baño en el Océano Atlántico.
PORTUGAL
Por: Salomón.
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