En los noventa pasó lo mismo,
pero vimos como bandas chilenas
se vestían, cantaban, se movían y
hablaban tal como algunas bandas
extranjeras, muchas veces inglesas.
Tanto así que se dieron cuenta que
Inglaterra era esta isla, este lugar
de donde los gringos sacaban
la mejor música, el Edén de las
bandas, e intentaron convertir acá
en Chile a Concepción en un lugar
similar.
Pero como dicen, un copión
siempre se pilla. Y ese mismo año,
justo en el boom de “Quién Quiere
ser Millonario”, Napster llegó para
quedarse y democratizar la música.
Y esto mató al rock copiado, al
pop mediocre, por no tener nada
nuevo que ofrecer, a diferencia de
la música gringa, ahora en nuestros
propios computadores a la orden
de un clic, que en esos años puso de
moda un montón de estilos: el Nu
Metal, las bandas skater rock (que
como era de esperar acá también
intentaron copiar) pero ya no era
suficiente.
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