Tú ves a una modelo de un afiche
publicitario y no te cuestionas quien es
o qué le gusta. En cambio, los nuevos
cánones de belleza sí te lo exigen. Es parte
del voyerismo del que nos alimentamos y,
a la vez, nos desnutre la gente.
A mí realmente no me importan las
constantes clasificaciones entre las
personas, la creación de estereotipos
que imagina la gente o lo que sea. A mí
me atrajo el desafío de retar al machismo
y a la heterónoma. Por otra parte, por
más que digan que se está volviendo
moda, siempre me pregunto: ¿Qué es lo
realmente malo de que algo bueno como
un concepto así, se haga de moda? ¡Yo lo
encuentro magnífico! Que se promuevan
las oportunidades de trabajo para quienes
simplemente son como son, les gusta
su cuerpo, tienen tatuajes o cualquier
cosa, encuentro que es lo que mejor pudo
haber pasado como “moda”. Es cierto
que hay de todo en todas partes, pero
se debe entender que las chicas tienen
aspiraciones o son modelos, trabajan con
su imagen, tal cual trabaja otra modelo de
pasarela o una actriz”.
Foto de Paloma Jiménez
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