REVISTA SAPO REVISTA SAPO 06 | Page 57

Cada vez que había una pelea cerca mío, los “Metralleta Boys” me aseguraban mi protección y que no dejarían que me pasara nada. Lo mismo me dijeron cuando yo ya venía de regreso a Chile y me vieron salir con mi mochila, rodeado de niños que lloraban y querían abrazarme una y otra vez. Gogo, un “Metralleta Boy” de unos 30 años con quien compartí varias cervezas y conversaciones de noche, me dijo: “Vuelve cuando quieras. Ojalá lo más pronto posible. Aquí, nunca correrás peligro. Siempre serás bienvenido amigo”. Otra chica que conocí, que ya había terminado el colegio y trabajaba como garzona de eventos, me acompañó hasta el bus. Ya en el bus, otro chico que conocí de 17 que iba al colegio, me acompañó hasta que yo tomara la Van correcta para irme al aeropuerto. www.revistasapo.com 57