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IBIZA Yo tenía claro que ganaría este encuentro, y saldría como un campeón entre las huestes levantando la bandera chilena bien alto. En eso estaba cuando ahora era un ebrio con desaforado bailando al ritmo de la música. Le dije a la gringa que wait here, y que yo volvería en five minutes. Entré al barco, y fui directo hacia las habitaciones que nosotros acento italiano quien asomado en la puerta de la cárcel me pedía insistentemente que me retirara, porque de lo contrario nos suspenderían la fiesta. Reconocí esa voz, era mi compadre Francesco Andrisano, mi amigo y también organizador del viaje. Apenas podía entender lo que él decía, pero en un momento de lucidez, decidí levantarme, tomé a la gringa- no recuerdo su nombre-, y la llevé donde estaba el resto, que seguía no habíamos contratado. Fui de puerta en puerta jalando las manijas para ver si me encontraba con alguna abierta, hice un pasillo completo y nada, voy a otro pasillo de habitaciones, y casi terminando el recorrido milagrosamente se abre una habitación… Bingo!!! No había nadie dentro, ni tampoco rastros de que estuviera ocupada. www.revistasapo.com 46