Un día llevó a toda su familia; menos a su
hija Nio Pouti, ya que no se encontraba en
el poblado, y no regresó por varios días.
Cuando regresó, estaba descontrolado con
su cuerpo temblando y gritando. Nadie de la
tribu pudo lograr calmarlo.
Actualmente el traje de paja que los indios
usan, es en memoria de la aparición de Bep
Kororoti, que dejó una huella profunda en los
Kayapó.
No atacó a los guerreros, pero todos los que
intentaron sujetarlo, fueron repelidos por
una fuerza que los dejaba inconscientes, a
metros de distancia.
Bep Kororoti abandonó el pueblo y fue
perseguido por los guerreros. Furioso
porque lo seguían, con su “kóp” destruyó
todo lo que estaba cerca de él y todo fue
convertido en polvo.
De pronto, se escuchó un tremendo
estruendo que sacudió a toda la región y Bep
Kororoti desapareció en el aire, rodeado de
nubes de fuego, humo y truenos.
BEP KOROROTI
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