REVISTA SAPO GORMET REVISTA SAPO GOURMET 06 | Page 38
Y… la magia de la mirada y el impulso casi
eléctrico de la atracción, seguramente
generada por un Cupido muy divertido, hizo
efecto. Cuando salimos, los dos sabíamos
que terminaríamos el día empiernados.
Todavía hoy me regaño cuando me acuerdo.
Evidentemente, éramos muy obvios.
En ese momento yo vivía en una casita, al
fondo del jardín de una amiga.
Al poco tiempo llego él. Entramos a
escondidas a mis aposentos, como niños.
Afuera llovía, mucho.
Nos abrazamos. Con mucha fuerza,
disimulando ese temblor del nervio.
Con el corazón latiendo a mil.
Nos habíamos visto varias veces, en diversas
ocasiones. Habíamos compartido el pan y
la sal, planeado cenas, fiestas y hechos los
más diversos ejercicios gastronómicos. Pero
fue muy raro sentirnos tan cerca, entrar en
la intimidad del otro, esa zona reservada
solamente a nuestra gente amada de mucha
confianza.
Felices de estar lejos de cualquier mirada.
Prendimos velas, pusimos música, creamos
magia, nos besamos, una y dos y tres.
Tirados en la cama. Nos coqueteamos
quitándonos la ropa uno al otro. Con una muy
extraña conversación, nunca dejamos de
hablar de vinos, proyectos, negocios. Nada
sobre nosotros.
Hasta que me preguntó:¿ Porque te gusto?
Mmm.
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