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Conducta delictiva
Para abordar la temática de conducta delictiva o antisocial en El Salvador, es necesario hacer énfasis en el origen de ella, es decir, esta no aparece sin haber causas que la impulsen. La conducta antisocial puede entenderse teóricamente dentro de dos niveles que la impulsan( Papalia, Wendkos Olds, & Feldman, 2010); en el primer nivel considerado como inicio temprano, las conductas antisociales se originan desde la infancia, alrededor de los 11 años de edad influenciados por factores como las relaciones familiares, así también por los métodos de crianza, la estructura de la comunidad y el apoyo social del vecindario. Algunos problemas conductuales comunes durante la infancia que pueden considerarse como inicio de una conducta delictiva son( Larsen & Buss, 2002): comportamiento cruel y agresivo con los animales, amenazas e intimidaciones a niños de igual o menor edad, destrucción de propiedad ajena y mentir.
Los problemas conductuales en la infancia son bastante común en la sociedad salvadoreña, sobre todo sí los niños crecen en ambientes o contextos poco óptimos para su desarrollo, como las familias disfuncionales en donde los niños son protagonistas o testigos de un abuso no solo verbal, sino acompañado de golpes, maltratos o agresiones; que por lo general son más evidentes en las familias de escasos recursos de las zonas rurales del país. Estos contextos brindan una predisposición más alta a adoptar un patrón de conducta antisocial que podría ser desarrollada o no en la medida en que crezca.
El segundo nivel de inicio tardío ocurre más notoriamente en adolescentes, que no necesariamente están involucrados en situaciones familiares disfuncionales, sino que sus orígenes se deben mayormente a influencias propias de la adolescencia como la individuación y la creciente necesidad de autonomía y dependencia.( Papalia, Wendkos Olds, & Feldman, 2010). Una vez establecidos los patrones conductuales problemáticos durante la niñez, la posibilidad de un trastorno de personalidad antisocial se vuelve más probable y los conflictos que se desarrollan comienzan a empeorar en la medida en que se desarrolla la fuerza física y madurez sexual( Larsen & Buss, 2002).
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