Revista Salud en Armonía Edición 36 | Page 20

Este diciembre tenemos que decidir de qué queremos enfermarnos. ¿Queremos enfermarnos de depresión, de estrés o de ansiedad? ¿Queremos enfermarnos de la depresión de no tener, del estrés de deber o de la ansiedad de no perder? ¿Queremos enfermarnos de pobreza, de deuda o de riqueza? Pero, sobre todo, tenemos que decidir cómo queremos engañarnos. ¿Queremos engañarnos con negación, evasión o sublimación? Porque podemos creer que esto no nos pasa. Porque podemos distraernos con las compras, las fiestas o las sustancias. Porque podemos sobornar a nuestras conciencias con buenas obras. Pero tarde o temprano, sea en junio o sea en diciembre, la realidad encontrará el modo de confrontarnos. Es parte de nuestra evolución y de la evolución de nuestra especie. Aunque todas las formas de la solidaridad, incluyendo nuestro tiempo, dinero y producto, son bienvenidas (lo “subamos” al Instagram o no), procuremos que nuestra fi lantropía se manifi este primero en nosotros mismos, en el amor a nosotros mismos (y a los nuestros), antes que en los demás. Los casos más rudos de la confrontación vienen en forma de muertes o de enfermedades. Esa persona que era nuestra motivación y que perdemos. Esa salud que era nuestra protección y que perdemos. Depresión, estrés, ansiedad, obesidad, diabetes, hipertensión, dislipidemia, insuficiencia hepática, insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca, cáncer de mama, cáncer de colon, cáncer de próstata, isquemias, embolias, demencias… Y se vale “subir” a Facebook todo lo que hacemos por los demás, porque más allá de la presunción, frecuentemente sirve para motivar, por inspiración o por competencia, para que otros hagan lo mismo (y hasta más y mejor). Lo que no se vale es “subir” a Facebook la frase que no practicamos, la sonrisa que no ofrecemos o la realidad que no vivimos. Día con día, mes con mes, año con año, nuestra mente perfila nuestra realidad. ¿Cuántas de estas enfermedades empiezan por la mente, antes de manifestarse en el cuerpo? ¿Qué dieta estamos dándole a nuestro cuerpo y qué dieta estamos dándole a nuestra mente? El mejor regalo que podemos dar (y darnos) es comunicar exactamente lo que sentimos, lo que pensamos y lo que sabemos. En ese orden, con autenticidad, con sencillez, humildad. Cada cierre de ciclo, cada cierre de año, tenemos la oportunidad (o el pretexto) de alinear nuestra mente y nuestro cuerpo con nuestra esencia. Y no se trata de perfeccionarnos de un día para el otro, sino de entregarnos al nuevo ciclo, al nuevo año, mejor que como nos entregamos al anterior, al viejo, al pasado. En plena era de la comunicación, no conseguimos comunicar. Con nuestros mensajes ambivalentes y nuestra publicidad engañosa, no solamente les hacemos daño a quienes creen estar solos en la lucha diaria por la plenitud, sino que también nos hacemos daño a nosotros mismos, forzándonos a vivir una libertad que en realidad nos esclaviza. Este diciembre, y para siempre, debemos “enfermarnos” y “enfermar” de una “enfermedad” llamada “autenticidad”, prácticamente erradicada por el consumismo. 18 | 19 Lo mejor de esta época, y de esta vida, es que la congruencia es gratis. Basta con regalarnos la experiencia de decir y de hacer precisamente lo que deseamos decir y hacer, a nosotros mismos, a los nuestros y a los demás. El resto es anecdótico. Los regalos más valiosos no pueden comprarse. Y aunque se nos olviden la autenticidad, la plenitud y la paz, también son contagiosas. Hagamos de este diciembre una pandemia de paz, de lo personal a lo social, pasando por lo familiar y lo comunitario. Por: Dr. Octavio Villalobos Fundación Dr. Octavio Villalobos, A.C. Casa de la Salud Dr. Octavio Villalobos www.revistasaludenarmonia.com