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L PAOLA OROZCO uis Armando Sosa Gil es un joven cineasta de Lázaro Cárdenas, Mi- choacán, quien ha sido reconocido en diversos festivales por su talento y crea- tividad y que además, este año participó en la edición 16 del Festival Internacional de Cine de Morelia, a través del corto- metraje Valentón, producción que fue merecedora del Pre- mio Guerrero de la Prensa, ga- lardón que otorgan los medios de comunicación que asisten al magno evento. EL ANHELO DE REGISTRAR Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana, el joven de 28 años de edad, quien concretó sus estudios su- periores por medio de una beca de excelencia académica, nos cuenta cómo fue que comenzó su trayectoria dentro del sép- timo arte. “En realidad el cine empezó desde que yo era niño, desde muy chiquito comencé a hacer mis cámaras de cartón y jugaba a que fi lmaba, cada año pedía a los Reyes Magos una cá- mara pero no tenían el dinero para comprármela, fi nalmente son herramientas caras y en vez de eso me dejaban unas cama- ritas de plástico (risas). Recuerdo que siempre me interesó eso de registrar imágenes y sonidos, porque también llegué a pedir grabadoras de sonido pero nun- ca tuve suerte, considero que fue tanto mi anhelo que decidí dedicarme a esto”. Bruno Dumont, Alfonso Cuarón, Pablo Larraín, Yorgos Lanthimos, Carlos Reygadas y César Aceve- do, son algunos de los cineastas preferidos del joven michoaca- no, quien considera que es nece- sario que exista público para que el cine mexicano pueda crecer. “Si la gente fuera más al cine y se tuviera más público se generaría una industria, que en realidad es necesaria para obtener recursos orgánicos y sustentables, lo que, en mi opinión llevaría a que los proyectos se fi nanciaran por si solos y no vivir solo de los fi nan- ciamientos del gobierno, que bueno fi nalmente no son malos y se agradecen mucho porque es algo bueno que tiene nuestro país ya que en otros lugares del mundo, obtener un recurso para algo de esta índole es práctica- mente imposible”. UN TRAMPOLÍN MUY MICHOACANO Sosa dijo para Rx, que el Festival Internacional de Cine de Morelia le cambió la vida al abrirle las puertas a nuevas oportunida- des que lo han hecho crecer. “El primer año en el que participé en el FICM fue a través de un corto titulado El perro amarra- do, desde ahí comenzaron a su- ceder cosas muy buenas en mi carrera porque al año siguiente eligieron otro proyecto mío, de nombre El viento y el papalote y bueno más actualmente fue que pude presentar Valentón que ha sido merecedor del Pre- mio Guerrero de la Prensa por lo cual estoy muy agradecido, signifi ca mucho para mí haber sido galardonado y también + el FICM porque es una plata- forma muy importante en Mi- choacán y en México”. A raíz de sus logros y perseveran- cia, Luis Armando ha llegado a diferentes lugares, en donde ha presentado algunos de sus tra- bajos. “Creo que todo comenzó desde un documental que hice en Chiapas, de ahí me invitaron a trabajar en mi Servicio Social en El Salvador, posteriormente me fui a trabajar de voluntario a Francia, en donde desarrollé un documental llamado Encuentro, que se exhibió en una galería de la Ciudad de México. Después de esto gané la oportunidad de acreditarme como realizador en el Festival de Cannes en Francia, luego fue el ganador de una con- vocatoria para irme a trabajar y hacer un documental en Chile, por otro lado, recientemente es- tuve en Toronto, en donde asistí a una residencia artística, en don- de aprendí muchas herramientas que podré utilizar pronto”. SU ÚLTIMO PROYECTO “Valentón es mi proyecto más reciente y surge del reto de ha- 19