Jorge Giménez
37
La criatura
del espejo
Por Jorge Giménez
“Vosotros los que leéis
aún estáis entre los
vivos, pero yo, el que
escribe, habré entrado
hace mucho en la
región
de
las
sombras”. Shadow - A
Parable- Edgar Alan
Poe
A veces me pregunto
qué hay detrás de los espejos,
¿otro mundo? o solamente la
nada y su aturdidor vacío. Pero solo veo un rostro
de una palidez cadavérica que me causa cierta
repulsión, este ser que me mira fijamente no tiene
nombre ni pasado y de sus ojos no brota vida
alguna como si su espíritu fuera consumido por
completo. Entro en su mente, cruzo rápidamente
un túnel oscuro, siento un aroma de rosas blancas
con espinas ensangrentadas y poco a poco una
figura se dibuja ante mí, es una bella mujer toda
de negro surgida de las entrañas de la noche, me
atrajo con su andar felino y su misteriosa silueta.
Seria imposible afirmar si yo he sido su
primera víctima o solo una más de centenares,
pero el motivo específico por el cual me dejé
llevar por su hipnótica seducción fue una
desesperante necesidad de poseer a alguien, ella
era lo que buscaba y nos fuimos a un hotel. Allí ni
siquiera nos hablamos, desnuda se enredó en mí
cuerpo como una demoníaca serpiente, su fuerza
no era normal y no esperaba sentir en mi cuello
sus dientes penetrándome la piel y las arterias. Un
grito de dolor surgió de mi boca, ella extasiada y
como un animal rabioso me arrancó algo de carne
con sus mandíbulas. Gota a gota vaciaba mis
venas hasta perder el conocimiento.
Aún no sé por qué se me proyecta esta
siniestra escena en el espejo, pero había algo
diferente en él: la criatura yacía con el cuello
destrozado y sangrante. Detrás, la oscura mujer
adorando los pálidos labios de la luna y
relamiéndose la sangre de un rostro.
Ahora que me veo en ese espejo cuesta
aceptar que la criatura soy yo y que me han
regalado un don: la inmortalidad y una eternidad
de noches saciando mi sed, embriagándome de
sangre pues ahora soy un vampiro más que se une
a las legiones de la noche. R
ISAPACK