REVISTA RICARDO Marzo 2015 | Page 44

En el pasado se discutió bastante la identidad de este animal, llegando a ser considerado una especie independiente (Bos indicus), así como su origen. Tras sugerirse su descendencia del gaur (Bos gaurus) y del banteng (Bos javanicus), se ha demostrado hoy en día que el cebú es en realidad un descendiente de la subespecie de uro que habitaba antiguamente en la India, Bos primigenius namadicus, y que fue domesticada hacia el 8000 a. C. En consecuencia, el cebú pertenece a la misma especie Bos primigenius taurus que cualquiera de las otras razas de ganado vacuno que existen, aunque siguen sin descartarse posibles cruzamientos en el pasado con las otras dos especies de bueyes salvajes asiáticos citadas. Los cebúes se caracterizan por la presencia de cuernos normalmente cortos, orejas caídas, joroba pronunciada sobre ψχ los hombros y amplia papada. El pelaje es corto y de color claro, frecuentemente blanco y uniforme, aunque en algunos individuos puede estar salpicado de manchas pequeñas y oscuras. Su utilidad como animal doméstico está fuera de duda, pues se puede decir que sirve para casi todo. Se utiliza como animal de carga y tira por igual del carro y del arado; también se aprovecha su leche, piel y carne, aunque ésta sólo es consumida por los practicantes del hinduismo cuando el animal ha muerto previamente de viejo. La gran utilidad de este animal desde hace tanto tiempo ha acabado por convertirlo en la tradición brahmánica en una reencarnación de la fertilidad de la tierra. Su muerte, o el simple hecho de molestarlo por nada, son considerados un sacrilegio. Como consecuencia de esto, la India es actualmente el país con la mayor cabaña bovina del mundo, y los cebúes se pasean con total tranquilidad incluso por calles atestadas de tráfico. Los cebúes también están presentes en el sur