Revista Replay Nº24 · septiembre 2020 | Page 8

▶ START → Alakran* Los 5 peores juegos de Commodore 64 ¿Quién no se ensartó comprando un juego que resultó ser malísimo? 1 | BIONIC GRANNY (MASTERTRONIC, 1984) Somos una anciana que acecha a niños a la salida de la escuela. El objetivo es eliminarlos con nuestro paraguas de rayo láser y esquivar los carteles para detener el tránsito que nos arroja nuestro adversario. Todo transcurre en una única pantalla visualmente pobrísima, sin perspectiva ni relación de tamaño. Y la música es acorde al objetivo de aniquilar infantes. 2 | 911 TIGER SHARK (ELITE, 1985) Tenemos que guiar nuestro Porsche 911 a través de un escarpado sendero de montaña. El efecto de ascenso es paupérrimo, porque no se limita a cuando lo permite el camino, sino que basta con mover el joystick hacia arriba para empezar a levitar sobre ríos y casas. Tal vez una concesión del programador para que duremos más de 5 segundos sin desbarrancar. 3 | WORLD CUP CARNIVAL: MEXICO '86 (US GOLD, 1985) La vara estaba muy alta en materia de fútbol por el International Soccer. Tampoco ayuda que solo se muevan dos jugadores y el resto sean estatuas. Pero que el contrario llegue hasta el área y, en vez de patear, gire 180 grados y avance en dirección opuesta hasta pasar el mediocampo es el colmo. Nos está humillando el peor juego deportivo de la historia. 4 | HIGHLANDER (1986, OCEAN) Los únicos atenuantes de este bodrio son su música y el hecho de que todavía faltaba un año para la aparición de Barbarian, el juego de lucha definitivo de 8 bits. A pesar de contar con profusas instrucciones y variedad de movimientos, el personaje tarda en reaccionar y la única estrategia posible es apretar el botón repetidamente y ver qué pasa. 5 | HARD DRIVIN’ (DOMARK, 1990) Era de suponer que en la conversión a 8 bits del arcade muchas características serían dejadas de lado, pero nadie imaginó que la falta total de color y una fluidez en el movimiento de solo 3 cuadros por segundos serían problemas menores comparados con que cuando apenas intentemos girar el volante perderemos irremediablemente el control del vehículo. Antes de las revistas especializadas, uno elegía de un listado de juegos sin más información que nombre y género. Y después de esperar diez minutos de carga en el datasete, lo único que podíamos hacer era ponerle onda y tratar de encontrarle algo divertido. *Artista del píxel y arqueólogo digital. Miembro del colectivo PVM. A pesar de ser un fundamentalista de la Commodore 64, practica la tolerancia con otros sistemas y no busca convertir a los infieles. 8 ▪ revistareplay.com.ar